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Fotograma de «La teoría sueca del amor».

La gente lleva vidas cada vez más solitarias en un planeta cada vez más conectado”. Yuval Noah Harari, en 21 lecciones para el Siglo XXI, página 109.

Fue mi querido Javier Creus quien me dio la noticia: “uno de cada cuatro suecos que fallecen, mueren solos”. Nadie reclama o vela su cadáver. Nadie les echa de menos.

También me puso en la pista de La teoría sueca del amor, un documental de 2015 que retrata en qué punto está la sociedad sueca, tras haberse cumplido más de cuarenta años desde que decidieron poner la independencia del individuo en el centro de su cultura ciudadana. Es para flipar.

En Reino Unido, el gobierno de Theresa May decidió en enero de 2018 crear el Ministerio de la Soledad, por ser esta una patología epidémica que merma significativamente la calidad de vida de las personas.

Asimismo, existe el riesgo de encasillar la soledad en “eso que les pasa a los ancianos”.Cristina Paez, directora técnica de la Fundació Salut Mental Catalunya afirma:

se envejece tal y como se ha vivido. Si la persona ha tenido una vida rica en relaciones sociales, en la participación en la comunidad, en la realización de lazos de amistad, de voluntariado, de ayuda mutua… envejece rodeada de mucha gente y de redes sociales, familiares y de amigos que favorecen su calidad de vida física y emocional. Si la persona ha cultivado una vida individual y cerrada en sí misma, en su pareja, en su familia y el cuidado de sus hijos y en su trabajo, cuando envejece, lo hace sin haber aprendido a vivir y a desarrollar estos lazos y vínculos que le permitirán sentirse más arropada en su comunidad”.

“Se envejece tal y como se ha vivido”

A una conclusión similar llega el  Harvard Study of Adult Development, la investigación más completa que se conoce sobre la felicidad. Se trata de un estudio longitudinal que se inició en 1938 monitorizando a 724 personas y sus 2.000 descendientes, a lo largo del tiempo.

Durante más de 75 años los participantes en la investigación han ido aportando datos sobre su vida, cada dos años. La gran conclusión del estudio es que la buena vida se construye con buenas relaciones. Así, las personas que en sus cincuentas tienen relaciones más satisfactorias, son las más sanas y felices cuando llegan a sus ochentas.

Desde la evidencia empírica, esta investigación aporta tres aprendizajes clave:

1. Los vínculos afectivos con otras personas, familia, amigos, comunidad, nos hacen bien y la soledad es tóxica.

2. No tiene que ver con la cantidad de vínculos sociales sino con la calidad de las relaciones más cercanas.

3. Las buenas relaciones protegen nuestro cerebro: los recuerdos son más nítidos entre los octogenarios que saben que pueden contar con otras personas, porque su memoria está más protegida.

Robert Waldinger, el actual director de ese estudio (el cuarto desde que se inició), lo explica magníficamente en esta TED talk de 2015.

¿Crear ministerios es una solución? No creo que sea “la solución”, pero al menos pone en la agenda el asunto. Otros caminos parecen más poderosos, me explico.

¿Tienes sal?: una gran noticia.

Esta plataforma originaria de Berlín ha llegado recientemente a España, comenzando por Madrid y Barcelona. En ¿tienes sal? se crean vecindarios digitales donde las personas se registran, ubican un perfil con sus preferencias y tienen acceso al perfil de otras personas que viven en su proximidad, pudiendo establecer conexiones según sus intereses.

 

¿Para qué ha nacido?

“Queremos que la gente se sienta cómoda en sus barrios y que los desconocidos se conviertan de nuevo en vecinos.

Estamos convencidos de que con ¿Tienes-sal? podemos hacer una pequeña contribución a los grandes retos sociales de hoy en día. A nivel de barrio, podemos dar respuestas a desafíos como la anonimización de la sociedad, la crisis económica, el consumo excesivo y el desarrollo de la economía compartida.

Los vecindarios fuertes y unidos actúan a pequeña escala y benefician a cada individuo, porque juntos somos más fuertes. Mejoran nuestra calidad de vida donde pasamos la mayor parte del tiempo: en casa, en nuestras calles, en nuestro barrio. Con una buena idea y este compromiso, queremos ayudar a revivir y echar sal a nuestros barrios”.

Es una plataforma que conecta personas donde lo importante no es lo que pasa dentro de la plataforma, sino lo que pasa fuera de ella, cuando las personas se conocen, se tratan y deciden (o no) hacer algo «orgánico» en común.

Funciona como un gran tablón de anuncios de proximidad. Alguien que pregunta si hay profesores de inglés en el barrio. Una vecina que se va de viaje y regala alimentos para que no se echen a perder. Alguien que se ofrece a hacer arreglos de ropa. Padres que proponen quedadas para jugar con sus hijos en el parque. Una chica que quiere montar un grupo de bailes de salón. Una aficionada a correr pregunta qué otras personas del barrio se animan a salir juntas, etc… La lista es infinita.

El bien a crear y proteger es la interacción, sin más. La plataforma facilita la conexión de afines para que estas personas hagan vida orgánica fuera de ella. Es un ingenio que facilita conexiones relevantes que pueden luego convertirse en relaciones relevantes, mercantilizadas o no

A todas luces es un antídoto a esa soledad epidémica en la paradójica sociedad de individuos hiperconectados.

Es gratuita, aún no hay “modelo de negocio”. No me imagino que el modelo de negocio futuro sea captar la atención de las personas para vendérsela a los anunciantes en código publicitario. Lo imagino más próximo a un esquema de suscripción, una vez demostrado que los usuarios, gracias a esa conexión inicial, disfrutan de valor relevante creado por ellos mismos.

En suma, la plataforma debería tener ingresos por el valor que crea (la conexión) y no por el valor que no crea (la relación). Ojalá que los “ministerios-de-la-soledad” comprendan y estimulen el funcionamiento de estos aceleradores de partículas vecinales.

Interdependencia.

El documental sueco al que antes me refería finaliza dando voz al maestro Zygmunt Bauman, referente de las ciencias sociales contemporáneas fallecido en 2017 a la edad de 92 años.

 

Citar aquí una selección de sus palabras es mi agradecimiento a las personas que están impulsando el proyecto ¿Tienes Sal?, y a todos los vecinos que han decidido estar ahí, tejiendo una vida comunitaria fértil.

“Una cosa que el estado no puede proveer es estar entre otras personas, ser uno en compañía. Eso lo tienes que hacer tú mismo… Las personas entrenadas en la independencia están perdiendo su capacidad para negociar la convivencia con otras personas porque estás privado de las habilidades de socialización…

 … Ahora estamos dividiendo nuestra vida entre dos mundos diferentes, on line y off line, conectado y desconectado. La vida on line está en gran medida libre de riesgos, es tan fácil hacer amigos en Internet que nunca estás realmente sintiendo tu soledad. Si no te gustan las actitudes representadas por otros usuarios, simplemente dejas de comunicarte con ellos. Cuando estás off line lo que inevitablemente ves es la realidad de la diversidad de la raza humana … tendrás que enfrentarte a la necesidad de dialogar, de entablar una conversación. Tienes que enfrentar el hecho de que hay muchas maneras de ser humano y cuando se inicia un diálogo nunca se sabe cómo va a terminar, tal vez en lugar de demostrar que eres sabio y todos los demás estúpidos, descubres que otros son sabios y tú estúpido. La independencia te quita la capacidad de hacer precisamente eso. Cuanto más independiente eres, menos eres capaz de detener tu independencia y reemplazarla con una agradable interdependencia. Al final de la independencia no está la felicidad, sino un vacío de vida, una pérdida de sentido de la vida y un aburrimiento inimaginable”.

Gracias maestro.

(Publicado originalmente en Innovación Audiovisual)

Zapatos_Ciutadella

Lo de que el “mundo es limitado” tiene mucha miga. Si pienso en el mundo-planeta como un contenedor de todas las materias nutrientes que los seres vivos necesitamos, sí tiene sentido hablar de mundo limitado. Pero creo que es una visión limitada esta del mundo limitado.

La del contenedor es una metáfora que, de aceptarla sin más, nos conduce a entender la vida como una competición entre organismos que se disputan ese capital finito.

Desde esta visión, la estrategia de supervivencia consiste en competir. Y solamente los MÁS … (educados, agresivos, listos, adaptados, fuertes, ahorradores, eficientes … elige lo que quieras) conquistan su derecho a existir por pura selección.

La metáfora matriz del mundo limitado estimula la ansiedad de todos los jugadores por alcanzar un cierto nivel por encima del promedio, lo que garantiza una diferencia positiva a favor respecto a otros jugadores (los que están por debajo). Esta visión legitima la creencia de que sobresalir aporta una mayor probabilidad de éxito en la competencia por sobrevivir.

¿Sobresalir de qué? de los promedios del grupo. Por tanto el referente no se pone en el valor intrínseco de cada jugador, sino en los indicadores con que se mide el valor medible del grupo (las notas en los sistemas educativos, las evaluaciones de desempeño en las empresas, los programas de fidelización de las marcas con sus clientes, etc…).

En este esquema no importa quién eres, o qué te hace disfrutar, o en qué puedes contribuir con brillantez al progreso de la comunidad … Lo que importa es en qué eres capaz de destacar. Esto se corresponde bastante fielmente con lo que vivimos en las sociedades occidentales

La energía que mueve todo este paradigma está contenida en la creencia tan socialmente aceptada de que el mundo es limitado. Y sí, parece ser cierto como contenedor de nutrientes pero creo que podemos entender «el mundo” también desde otro punto de vista. Me pregunto:

¿Todos los matemáticos, artistas y poetas que nos han precedido han “consumido” parte del caudal limitado de sabiduría que tenemos disponible y, por tanto, las futuras generaciones de matemáticos, artistas y poetas tendrán menos sabiduría a su disposición?

¿Tú yo somos mundo?

¿Tú y yo tenemos capacidad ilimitada para disfrutar de la compañía de nuestros seres queridos?

¿Tú y yo podemos vivir sin límite el deleite de nuestras piezas de música favoritas?

¿Tú y yo podemos decir dónde acaba nuestra novela favorita? ¿Acaso empieza en la primera página y acaba en la última de su contenedor -el libro-, o la novela vive a través de las vivencias que inspira a todo aquel que la disfruta?

Si la obra de los hombres navega el tiempo de generación en generación. Si el disfrute que nos proporcionan las cosas que nos entusiasman es ilimitado. Si además ese disfrute lo protagonizamos tú y yo. Si somos también mundo … Entonces ¿Por qué aceptar mansamente que el mundo es limitado?

Los seres humanos tenemos la capacidad ilimitada de poner en juego nuestra mejor versión. Si concebimos que el mundo además de un contenedor de nutrientes está formado por millones de seres con capacidad ilimitada de desarrollar lo que les entusiasma, entenderemos fácilmente que la estrategia más beneficiosa es aprender a detectar y a conectar con eso que nos hace únicos, y favorecer los intercambios.

Visto desde esta perspectiva no tiene sentido querer formar parte de “los MÁS …” porque nadie puede ser más tú que tú mismo. Ya no es necesario competir, ahora el verbo útil es crear.

El modelo social no se enfocaría a conseguir individuos sobresalientes, sino miembros que desarrollan e intercambian su propia creación poniendo en juego lo que les hace felices. Una sociedad organizada desde la metáfora de un mundo integrado por seres ilimitados genera las condiciones para que sus integrantes:

a) Detecten y se conecten con lo que les hace únicos.
b) Desarrollen su capacidad de reciprocar: saber intercambiar con otros desde lo mejor para las partes.
c) Sean conscientes de que la buena salud de la comunidad genera mejores condiciones para el desarrollo de cada integrante.

Una sociedad de creadores se asemejaría a una orquesta de seres únicos que deciden libremente crear cooperando, lo que les reporta beneficio individual al que sólo pueden acceder gracias al trabajo conjunto.

Desde esta metáfora …

¿Cómo se educa en la infancia?
¿Cómo los padres fundan las familias y cómo es la convivencia de varias generaciones en su seno?
¿Cómo se ayuda al adolescente a encontrar su vocación?
¿Cómo se cultivan los campos y se producen los alimentos?
¿Cómo son los medios de comunicación?
¿Cómo son y a qué se dedican las empresas del IBEX 35?
¿Cómo vive una persona cuando está desempleada?
¿Cómo son las organizaciones políticas-ciudadanas que gobiernan alternativamente las instituciones?
¿Cómo participa la ciudadanía en las decisiones sobre la comunidad?
¿Cómo es la vida de profesores, científicos, investigadores, artistas …?
¿Cómo es el sistema de salud?
¿Cómo resuelve sus conflictos?
¿Cómo se defiende?
¿Cómo se honra a los ancianos?
(…)

Es fácil imaginar que el modelo social resultante sería completamente diferente al que estamos viviendo actualmente en España.

Nada va a cambiar si no cambiamos la creencia de que vivimos en un mundo limitado donde lo inteligente es competir, por otra en la que somos seres ilimitados que tenemos que conectar con lo que nos hace únicos.

Por eso es tan influyente el proyecto educativo. Si mañana creara un colegio todo sería inspirado desde la metáfora del mundo poblado por seres ilimitados y únicos. Ese colegio estaría enfocado a empoderar a las personas para encontrar su propio modo de navegar la incertidumbre.

Un colegio donde las personas conecten con su fuente de valor y manejen las tres estrategias básicas de convivir con la incertidumbre: resistir, adaptarse e innovar.

Te dejo link a un post en el que escribí sobre el tema:
http://inteligenciaetica.com/2011/07/tres-materias-lo-inerte-lo-vivo-lo-culto/

Y un referente para mi: Ken Robinson

 

Este artículo está inspirado en las preguntas que me propuso la periodista Rosae Martín de Tendencias 21, en abril de 2014.

1. ¿Qué tipo de soluciones se pueden dar en un mundo limitado donde los puestos de trabajo tradicionales ya no tienen cabida y además han resultado no ser sostenibles?

2. El concepto de progreso va ligado de algún modo al de crecimiento lineal, ¿no sería necesario también renovar el concepto de progreso para poder hablar de sostenibilidad en relación a unos modos de trabajo, y a unas profesiones que respeten justamente esos «límites del planeta» en cuanto a sus recursos limitados?

3. En España el desempleo juvenil es una realidad preocupante para determinados sectores. ¿No es justamente ahora el momento de potenciar otra serie de empleos que sean a su vez más respetuosos con los límites naturales del planeta? ¿Qué tipo de modelo de empleo se le puede ocurrir?

4. ¿ Por qué los gobiernos y otros organismos tanto nacionales como internacionales se centran en el factor del crecimiento y no en cómo se crece?

 

Los zapatos de la foto los compré a un artesano en su taller de Ciutadella, Menorca, en las navidades de 2015.

transmedia_tucamon_abril_2013«La distancia más corta entre dos personas es una historia
Esta frase la escuché hace un año en boca de Bill Boyd un maestro de lengua inglesa que utiliza las artes del storytelling para conectar con sus alumnos de secundaria.

Creo que la frase es un buen comienzo para enmarcar un post donde te propongo hablar de conectar a personas a través de historias, una cuestión que nos acompaña desde la noche de los tiempos. Y si no ¿porqué las culturas de la Antigüedad crearon Mitos para transmitir su visión de la Vida?

El poder de las historias fue uno de los temas centrales el pasado cuatro de abril en Camon Madrid, donde participé en una mesa redonda sobre Transmedia y Social TV compartiendo cartel con Melanie Parejo (youtube) y Nacho Gómez (Radio Televisión Española), invitados por Rafael Linares (Universidad Rey Juan Carlos).

En este foro pude esbozar algunas reflexiones que van madurando en los últimos meses y que ahora quiero compartir con todos vosotros.

El principio de todo lo demás.
Las buenas historias tienen el poder de imantar la atención del público. Su fuerza magnética es su capacidad de interesar. O si lo prefieres lo podemos poner en código banquero: sólo recibes un préstamo de atención si lo vas a devolver con intereses.

Hoy somos parte de un ecosistema sociotecnológico –personas conectadas, dispositivos y aplicaciones- que pone a nuestro alcance nuevas y diversas puertas de acceso a las historias. Hoy, si queremos, podemos «vivir en» una historia y no sólo ser espectadores de la misma. ¿Qué quiero decir? Déjame que te cuente lo que estoy experimentando con El Cosmonauta.

Desde el 5 de abril sigo en Facebook (Nayik) las conversaciones que tienen once personajes de la película, seis semanas antes del estreno (14 de mayo). Estoy afiliado a su comunidad, el Programa K, y recibo periódicamente la newsletter donde los creadores me amplían aspectos de la historia, a veces usando ficción y otras veces tirando de contexto histórico documental. Junto al largometraje hay otras 34 piezas -entre 4 y 15 minutos- que cuentan aspectos de la historia. No son imprescindibles para entender el largo, pero sí me lo harán una experiencia más rica e intensa. Puedo entrar en su web y descargarme el guión, o comprar «Poética para Cosmonautas» un poemario que ha inspirado aspectos de la historia. Si quiero puedo hasta organizar un estreno-fiesta, o re-mezclar la película a mi antojo etc, etc, etc…

En fin, los creadores han puesto ante mi un menú de posibilidades para que sea yo quien elija cómo y hasta dónde me quiero implicar en el disfrute de esta historia, inspirada en la carrera espacial rusa de los años 60 y 70.

Que cada cual elija la experiencia.

Está claro, los «cuentacuentos» contemporáneos disponen de un utillaje más rico para poner en juego su talento y creatividad, lo que trae aparejado una de las cosas más interesantes de las historias transmediadas: que permiten a sus seguidores elegir el grado de implicación.

Hay quien decide ser espectador pasivo; quien decide comentar y compartir con sus círculos de relaciones; quien va un paso más allá e interactúa con los personajes en Twitter o Facebook o en la App creada al efecto; quien participa creando contenidos en colaboración con los guionistas; hasta quien decide crear historias que enriquecen el universo narrativo … Lo transmedia facilita la participación del público y eso es fuente de riqueza para la historia.

En la mesa redonda Nacho Gómez contó la deliciosa anécdota de un fan de la serie Isabel, experto en latín, que hizo llegar a los guionistas el juramento que los Reyes Católicos usaron en una ceremonia real, escrito en el latín del siglo XV. Se incorporó a la ficción.

isabel-tve

Los Fans y la Gratitud.
Y todo ello facilita la creación de comunidades de personas que viven en la historia y la hacen crecer tanto en contenidos como en difusión porque, simplemente, les gusta y forma parte de sus vidas. Es una modalidad de intercambio que se basa en el principio de Gratitud, más poderoso que el de Satisfacción.

La Gratitud es un sentimiento que impulsa a querer corresponder porque lo recibido se considera sorprendentemente valioso; la Satisfacción en cambio es el sentimiento de estar conforme con lo recibido porque se ajusta a lo pactado, pertenece al reino de lo esperado. La Gratitud moviliza hacia un nuevo intercambio; la Satisfacción complace.

Los fans de una historia vibran en Gratitud, razón por la que late en ellos su impulso a corresponder colaborando del modo que está a su alcance para que esa historia sea aún mejor. Los fans no son gente rara, son gente agradecida.

La reconversión publicitaria.
Y este momento maravilloso para contar historias convive con la necesidad de reconvertir el discurso publicitario de las marcas. Los consumidores-ciudadanos mostramos cada vez más reparos a prestar atención a los mensajes envasados en códigos publicitarios convencionales, pues los asociamos con a) apariencia y b) interrupción. Hemos desarrollado una profilaxis para protegernos de la publicidad “monda y lironda”.

Las marcas necesitan recuperar su prestigio social como elementos centrales de la cultura en la que viven. Pero …

¿Cómo labrarse un prestigio social si los destinatarios de tu mensaje no quieren prestarte atención en el lenguaje en que les hablas?

Un camino para volver a ser relevantes: contar historias.
Si damos por bueno que “la distancia más corta entre dos personas es una historia», comprendemos que las marcas tienen ahí la oportunidad de generar un espacio de cercanía con sus consumidores, tendiendo un puente por donde podrán circular sus decisiones de compra cuando llegue la ocasión. Si esas historias están tejidas con los mimbres de la narrativa transmedia podrán ser más intensas, más interactivas, más completas, más ubicuas … más envolventes.

Estoy convencido de que la próxima década nos deparará suficientes ejemplos de historias relevantes para el público que se van a producir o co-producir con una parte del dinero que hoy está en los presupuestos publicitarios.

Dinero que en vez de ir destinado a conseguir impacto, irá enfocado a generar huella.

Dinero que no sólo buscará mantener o incrementar la notoriedad, sino que tendrá como misión gestionar el olvido, creando sentimientos duraderos de aprecio, afecto o simpatía hacia la marca que lo invierte.

En definitiva, dinero invertido para retornar en Gratitud, ese sentimiento que moviliza a querer corresponder.

En los actuales tiempos del Crowd Media la forma más habitual de corresponder es compartir las experiencias gratas con nuestros círculos de relaciones. La recomendación de nuestros pares es un capital social circulante que está ahí, disponible para toda marca que sepa tocar el punto “G”, el de la Gratitud.

¿Qué necesitamos para reconvertir el discurso publicitario?
Provocar el encuentro y el diálogo fértil entre marcas y creadores de historias.

Necesitamos anunciantes que confíen sus necesidades de comunicación a cuentacuentos que sepan manejar la presencia sutil de una marca en una historia.

Necesitamos creadores que quieran y sepan contar historias que generen el legítimo y necesario retorno a sus mecenas.

Y necesitamos no perder de vista que el público no presta su atención a una historia para comprar yogures. Presta su atención porque esa historia le está hablando de él.

Ya comprará el yogur cuando toque. Y ahí estará tu marca … si no cae en el olvido.

 

Gracias a todos mis compañeros y profesores de la primera promoción del Curso Superior Universitario de TV Social, Transmedia y Nuevas Narrativas Audiovisuales,  orquestados por Eduardo Prádanos. Gracias por ayudarme a explorar en esta nueva frontera.

Aquí os dejo el video de la jornada (la mesa redonda comienza en el momento 1 hora y 13 minutos. Antes está la conferencia de Rafael Linares sobre Transmedia, y después la de Eduardo Prádanos sobre Social TV).

Hoy se cumple un año de la botadura de este blog. Me siento muy feliz de nadar en vuestra compañía por este océano de colores, pleno de vida efervescente.

En homenaje al instante en que decidí desnudarme y entrar al agua os dejo con el mensaje que metí en la botella aquel 31 de enero de 2011. Un año después siento que lo escrito sigue inspirándome y llenando mi vida de notas desafiantes.

Gracias por estar ahí.

Del prólogo del ebook: Inteligencia Ética: la RSC de nueva generación. 2ª edición. (ver en Slideshare).

Tras dos décadas observando como construyen sus relaciones las empresas y los clientes, hemos llegado al punto de concebir los negocios como un encuentro donde se concreta un intercambio entre personas. Vemos los negocios como ese espacio y ese tiempo donde se crea la danza entre quienes dan y toman; entre quienes toman y dan.

Y la unidad elemental de ese intercambio, la moneda común, es la VIDA.

Vida de personas –empleados, proveedores…- puesta ahí para crear el producto; y vida de personas puesta ahí para alcanzar el recurso económico que les permita adquirir el producto.

Si contemplamos este fenómeno con suficiente distancia, como hace el artista al dar esos dos pasos hacia atrás, veremos que en todos nosotros habitan los dos hemisferios: a veces estamos siendo productores y a veces consumidores. Pero nuestra vida es sólo UNA, porque somos la misma persona que produce y consume.

Nuestra vida, la única que somos, se expresa tanto a través de nuestro rol de productor como a través de nuestro rol de consumidor. Entonces …

¿Qué ocurre cuando estamos consumiendo algo que nos parece excelente, y a la vez somos conscientes de que produce daños a terceros, o ha sido fabricado por seres humanos en cautividad?

¿Qué ocurre cuando somos conscientes de que la compañía que paga nuestro buen salario y promueve la conciliación de vida familiar y profesional, contamina el agua potable en el Tercer Mundo y paga para que no se sepa?

Ocurre que la VIDA QUE SOMOS entra en conflicto.

Nos sentimos divididos, fragmentados, nos hacemos más débiles, más pequeños … Entristecemos, aunque sea una décima de segundo, pero esa breve pincelada sombría queda en nuestro corazón. Por ello nos preguntamos:

¿Es posible crear modos de intercambio en los que el hemisferio productor y el hemisferio consumidor se vivan UNO, como UNA es la vida que somos?

Creemos que …

Una especie que ha accedido al fuego, la agricultura, las lenguas y las matemáticas; una especie que tiene conciencia de sí misma, que ha identificado y explicado los conceptos de “libertad”, “amor” o “verdad”; una especie que formula la teoría de la relatividad, o descubre que la materia es, esencialmente, vacío; una especie capaz de cantar a lo hermoso en poemas que traspasan la eternidad, que observa el firmamento y crea mitos para trasladar la sabiduría de generación en generación …

Una especie que presenta estos logros ¿podría estar interesada en armonizar sus hemisferios productor y consumidor en nuestras relaciones de intercambio, con el fin de que nos sintamos conectados con la vida que somos cuando producimos y cuando consumimos?

¿Esta especie estaría interesada en encontrar modos de intercambiar unidades de vida entre ambos hemisferios en una danza armoniosa donde no sintamos conflicto?

Nosotros, Pepa y Luis Miguel, creemos que esa danza es posible, es deseada por las personas y es una palanca de supervivencia futura para los negocios.

Y la música que inspira a los danzantes se llama Inteligencia Ética.

 

Encuentro en el blog de Francisco Polo este video de 4 minutos. Una joya creada por kiva.org, la organización internacional especializada en microcréditos.

La pieza nos permite experimentar qué ocurre cuando 620.000 personas de todo el planeta prestan dinero (no donan, prestan) a otras 615.000 personas: emprendedores y estudiantes.

El crowdpower es un hecho -siempre lo fue- pero amigos creo que es el tema de la década: la fiesta del intercambio de unidades de vida entre las personas. Gracias Francisco por hacerte eco de esta iniciativa.

Qué importante es visualizar!

Intercontinental Ballistic Microfinance from Kiva on Vimeo.

Mi buen amigo Pablo Sánchez Kohn me puso en la pista de esta TED Talk protagonizada por Hernán Casciari, fundador de Orsai, un proyecto que moviliza la energía ciudadana en torno a la producción cultural.

Se trata de una iniciativa -otra más- en la que las personas se aúnan en torno a un propósito común, forjando un nuevo canal de comuni-creación donde dar cauce a su necesidad. En este caso, un proyecto editorial independiente, sin intermediarios, que permite un intercambio franco y equilibrado entre creadores y lectores … generando riqueza.

Un buen ejemplo de los vientos que mueven estos nuevos tiempos. Orsai es vida efervescente, disponible y sumamente accesible.

Creo que te merecerá la pena dedicarle veinte minutos de tu calma.

Ella más madridista que el escudo. Él barcelonista en vena. Ella blogea con su gracejo del barrio de Carabanchel («Madrí»). Él navega entre mitologías noveladas.

Desde hace tiempo se siguen en la Red. Se dejan comentarios en sus bitácoras, se echan piropos literarios y de vez en cuando algún requiebro zumbón.

Él acaba de publicar Antigua Vamurta, su primera novela. ¡Qué ilusión!

Ella tiene una hermana que, más que trabajar, da vida a una librería de barrio que no para de crecer en ventas desde su apertura -por algo será-, con un amplio escaparate que invita al paseante a leer. Librería Escolar y Mayo, calle de La Laguna, 32. Madrid.

Sin ponerse de acuerdo, sin que forme parte de la urdimbre de algún plan, la novela ya mira a los curiosos desde el otro lado del amplio escaparate.

Ella se siente feliz de haber creado esta estampa. Él, agradecido, celebra con todo el universo que a su Antigua Vamurta le han hecho un hueco en una librería con vistas a Carabanchel.

El encuentro que empezó siendo digital ya ha dejado su huella Off. Maravilla de hibridación. Ahora tienen más motivos para «ahONdar», pues lo que se encarnó Off, ya pide más vida On.

Escribo este post porque todos los días en este país, en este planeta, están pasando cosas así. Historías de armonía y colaboración desinteresada, porque sí. Historias que crecen al abrigo de ese contacto entre el mundo On y el mundo Off, como una suerte de marisma donde lo dulce y lo salado se besan, creando un estuario fértil de colaboraciones y posibilidades.

Son historias escritas en un idioma que nunca entenderán las agencias de rating, pero es el lenguaje de la Vida.

(Fotografía: Rubén Morales, de la serie Cuba 2009. Gracias Rubén)

Thibaut Deleval.

Muchas veces a lo largo de mi carrera había oído hablar de la palabra «insight». Tardé bastante en transformar esta palabra en un concepto útil para mi, en in-corporarlo a mi bagage como conocimiento vivo, superando los moldes académicos o profesionales que hasta ese momento lo habían circunscrito a un fragmento de la jerga que -se supone- debemos dominar para estar a la altura en las reuniones.

Hoy es el día en que aún no me siento capaz de definirlo, pues su grandeza no me cabe en una frase sencilla y completa, pero sé que lo tengo incorporado porque lo reconozco cuando experimento el «momento insight» como una idea que -súbitamente- ilumina mi pensamiento, dándome acceso a la comprensión de un fenómeno y, a la vez, creando una visión limpia que me orienta a la acción.

Os cuento esto porque la vida me puso en el conocimiento de Thibaut Deleval, creador de Valioo. Curioseando sobre su proyecto me encontré con una joya de insight. Esto decía Thibaut sobre el momento en que decidió crear Valioo:

«Un día leí un artículo titulado “Los datos personales son el nuevo petróleo” y me impactó mucho. Me había dado cuenta hace ya tiempo de que nuestros datos personales valían dinero. Sólo hace falta ver que empresas cómo Facebook, LinkedIn o Google valen muchísimo dinero casi exclusivamente porque se han hecho con nuestros datos. Saben quiénes son nuestros amigos, lo que nos interesa, lo que ganamos, etc. Sin embargo, era la primera vez que veía esta comparación con el petróleo. De repente me di cuenta de que, por primera vez en la historia, éramos todos dueños de una cierta cantidad de una materia prima de gran valor. Las reservas de petróleo las tienen unos pocos. Pero el nuevo petróleo lo tenemos todos, cada uno, siendo dueño de sus propias gotas. A partir de ahí, me puse a pensar y a buscar un sistema que, por un lado, permitiera a cada individuo beneficiarse de sus datos y que, por otro lado, transformara esta nueva materia prima en una fuente de energía, para impulsar un cambio global y progresivo hacia un mundo mejor. He llamado a este sueño Valioo. No es una utopía. El dinero está ya ahí, las empresas pagan mucho dinero por averiguar lo que pensamos de sus productos. Sólo hace falta exigir que nos paguen directamente a nosotros y no a los intermediarios que negocian con nuestras gotas a escondidas.»

Creo que todo emprendedor tiene que llegar con su insight debajo del brazo. Y también creo que sin ese salto disruptivo es casi imposible transitar por el mundo de los negocios con una probabilidad razonable de habitar el futuro. Ya sé que no es condición suficiente, que es necesario poner en práctica las ideas, claro. Pero sin un postulado que oriente la acción no se va muy lejos y -peor aún- llega un momento en que puedes olvidar el sentido de tu proyecto. Ese día estás perdido.

Gracias Thibaut por esta creación que es Valioo y la nobleza de su propósito. Me haría muy feliz hablar algún día de tu proyecto parafraseando a Peter Drucker, quien dejó para la historia esta perla: «donde hay una empresa de éxito, alguien tomó alguna vez una decisión valiente”.

«El estímulo de la inteligencia ética de una empresa permite incrementar su competitividad via el empoderamiento de las personas con las que se relaciona».

Esta semana se cumplen cinco meses del nacimiento de este blog y he recordado a las personas que en este tiempo me han preguntado qué entendemos en Two Much por Inteligencia Ética.

Cuando hablamos de Inteligencia Ética en las empresas nos referimos sencillamente a tomar un punto de vista que mira a las personas integrantes de una organización en su triple condición de seres vivos, seres humanos y seres ciudadanos. Seres vivos integrantes de la biosfera; seres humanos integrantes de una especie habitada por un impulso creador; y seres ciudadanos que se dotan de unas coordenadas culturales para hacer posible la convivencia en sociedad.

Ser cliente, ser empleado o ser colaborador de una organización son roles que las personas desempeñamos en un determinado momento, pero detrás de esos roles está siempre ahí la triple condición de seres vivos, seres humanos y seres ciudadanos. Por tanto, si tomamos el punto de vista de la inteligencia ética en nuestras relaciones con clientes, empleados y colaboradores podremos establecer comunicación con el ser vivo, el ser humano y el ser ciudadano que somos. Todo en uno.

La marca, empresa o institución capaz de proponer productos, servicios o proyectos inspirados en la inteligencia ética está añadiendo nobleza a su propuesta de valor objeto de intercambio, facilitando que las personas que se relacionan con esa organización quieran poner en juego la mejor versión de sí mismos. Es entonces cuando se produce el mayor intercambio de vida: tú me propones nobleza, yo pongo mi 100%.

Si la supervivencia futura de una organización es directamente proporcional a las voluntades que moviliza, una empresa capaz de tener disponible el 100% de su gente -clientes, empleados y colaboradores- afrontará la incertidumbre desde la mejor de las posiciones, pues el empoderamiento de las personas con las que HOY se relaciona le inyecta compatibilidad con el futuro.

Para más detalles puedes descargar el e-book gratuito de 40 páginas: Inteligencia Ética, la RSC de nueva generación.

Un creador hace llegar su idea a la gente y le dice «necesito tanto». Si hay gente a la que gusta la idea invierten en ella, normalmente pequeñas sumas (1 euro, 5, 25, 100 …). Si no se llega a la cuantía necesaria en un plazo determinado la gente que apoyó recibe su dinero de vuelta. Si se llega a la cuantía el creador toma los recursos y materializa la idea.

Así de simple, así de potente.

El crowdfunding ha llegado para quedarse entre nosotros, no tengo la menor duda ¿por qué?

1) Porque es transparente.
2) Porque hay intercambio simétrico entre las partes.
3) Porque la gente se responsabiliza por hacer posible lo que quiere.
4) Porque promueve la excelencia: los creadores tienen que ofrecer la mejor versión de sí mismos para captar el interés de la gente.
5) Porque es altamente eficiente: el 100% de los recursos liberados van a la creación.
6) Porque protege la libertad creativa: el creador toma el control del proceso de creación, sin injerencias de los financiadores en sus decisiones.
7) Porque es sumamente sencillo el acto de participar.
8) Porque es un proceso de co-gestación, ya que el creador no sólo toma el recurso económico sino también el aliento de su audiencia.
9) Porque hay sensación de conquista.
10) Porque, gracias a todo ello, la comunidad se empodera, dotándose de mayor capacidad para plantearse la siguiente iniciativa: es un modo de relación que guarda memoria y se hace cada vez más fuerte.

En España plataformas como Verkami y Lánzanos llevan meses siendo punto de encuentro entre la gente y creadores de todo tipo: artistas, científicos, diseñadores, innovadores sociales, ingenieros, solidarios …

Hasta hoy el proyecto más potente de crowdfunding en España es lo que está logrando el equipo de Riot Cinema Collective recabando apoyo de la comunidad para el largometraje El Cosmonauta. Sólo un dato: el 25 de mayo hicieron un llamamiento especial porque necesitaban 40.000 euros dado un imprevisto. En menos de 72 horas consiguieron 60.000 euros procedentes de 278 personas. El proceso sigue abierto y los apoyos no paran de llegar: el día 5 de junio iban por 77.900 euros, y unos días después se sumó el aporte de 50.000 euros procedente de la empresa Talycual Producciones.

Una gozada!

El crowdfunding es un poderoso mecanismo que pone en valor la inteligencia social de una comunidad. Es una idea sin fin, como la propia vida que nos ha traido hasta aquí desde la noche de los tiempos. Creo que de aquí en adelante veremos muchos proyectos brillantes en los que la comunidad se responsabiliza por DAR VIDA A LO QUE QUIERE, sin excusas.

(Os dejo aquí un artículo bastante documentado de Cristina Riera en su blog #Bcult)