Javier Cañada es el creador de Vostok Studio, un referente del diseño de interacción en nuestro país y fuera del mismo. En TedxValladolid 2012 Javier nos habló de Belleza con mayúsculas, como concepto independiente del espacio y el tiempo. Y para ilustrar su pensamiento tensó un arco imaginario desde Platón a Henry Dreyfuss, pasando por San Agustín, Bethoveen, Eiffel y otros Grandes de la Humanidad.
De su cuerda salió proyectada su convicción de que el acto mismo de crear (Belleza) es fruto del individuo. Evocó la honestidad del diseñador frente a la soledad de su mesa de trabajo, en contraposición a las corrientes actuales que ponderan el valor de crear/diseñar en equipos, tratando de poner en valor la inteligencia colectiva de un grupo de personas.
Javier siente que la aproximación desde lo colectivo no nos alcanza si el resultado que se busca es la Belleza, con mayúsculas. Por ello expresa y defiende su querencia a diseñar mirando a los dioses y no a los hombres.
Diseñar mirando a lo sublime y no a las pasiones que guían las necesidades de los hombres. Diseñar mirando a la complejidad extrema de la Vida, trasladándola en una simplicidad que se expresa en Belleza fácil de disfrutar.
Esta intervención de Javier Cañada me ha despertado una reflexión: ¿qué pasaría si miráramos a los hombres, pero los concibiéramos como dioses latentes? ¿estaríamos diseñando, entonces, con la mirada en lo sublime?
A veces he visto como queremos -por ejemplo- que los viajeros nos ayuden a diseñar el autobús preguntándoles cómo harían el autobús que quieren. Y ahí creo que es cuando miramos a los hombres, en el sentido que Javier Cañada nos habla. Coincido con él en que es muy difícil que se llegue a algo Bello, con mayúsculas.
Pero si trabajamos con los viajeros desde otro comienzo -«¿qué te produce gozo cuando viajas?»-, estaremos apelando a esa parte de nuestra naturaleza que sabe re-conocer la Belleza de la Vida cuando la experimenta. Porque todo hombre es capaz de sentir esa Belleza Universal, aunque no pueda ponerla en palabras.
Entonces, si sabemos re-conocer la Belleza ¿será porque ya la llevamos dentro?
¿Será que los Diseñadores como Javier, más que Arquitectos, son Libertadores de la Belleza, la nuestra, la de siempre, la Universal?