Sí, olor a verbena y a la hierba del huerto donde me escondía para fumar.
Verano rima con infancia y noches de estrellas agolpadas,
y con charlas debajo de un olmo en un pueblito castellano.
Y con segadores, y con hoces, y con caballos viejos rendidos que, con andares cansinos, se dirigen a su cuadra.
Y con la voz de mi madre llamándome a comer …
Y con un tomate de la huerta con una pizca de sal …
En fin, verano rima con holganza y aventuras. Con paja seca humedecida por esa nube.
(La foto tan chula la captó mi amiga Belén Viloria en las inmediaciones de Bahabón de Valcorba, Valladolid. España. Gracias Belén)