(Verbo, segunda conjugación). Acción de destripar una historia sin consentimiento. ¡Cabe mayor atropello!
Serie palabrajes, paisajes de palabras. No son palabrejas.
(Verbo, segunda conjugación). Acción de destripar una historia sin consentimiento. ¡Cabe mayor atropello!
Serie palabrajes, paisajes de palabras. No son palabrejas.
«El know-who es más importante que el know-how … La estrategia es saber lo que tenemos que hacer y lo que no tenemos que hacer, pero lo decisivo es quién hace las cosas, y en época de inteligencia artificial es más importante que nunca quién va a hacer las cosas».
Xavier Marcet, 2024.
Management humanista, capítulo 128 de Kapital, el podcast de Joan Tubau
Dícese del estado de subidón súbito que acontece cuando uno descubre que forma parte de un tejido entramado con hilos imprevisibles, a primera vista invisibles, pero reconocibles cuando se mira en retrospectiva.
He aquí un ejemplo documentado de conéctasis, vivido por el autor de estas líneas.
Serie palabrajes, paisajes de palabras. No son palabrejas.
Consideración de la justicia por parte de quien se sienta en el «trono». Ese en el que usted está pensando.
Serie palabrajes, paisajes de palabras. No son palabrejas.
«La autoridad es un talento, y el poder una circunstancia.
El director con autoridad influye, inspira, acredita. El director que sólo tiene poder ordena, obliga, coacciona, por el simple hecho de que se le ha dado la potestad (de ahí «poder») de hacerlo.
El poder lo consigue un individuo. La autoridad es entregada por un colectivo. El poder subordina. La autoridad coordina. Es el carácter de autoría (de ahí «auctoritas») del director lo que legitima e induce a la obediencia de su equipo.
El mero poder genera divisiones, partidos, facciones … La autoridad armoniza, equilibra, templa».
Jaime Buhigas Tallón, en «El noble oficio de la educación«, 2023, La esfera de los libros.
«El creador se mantiene firme en sus convicciones, el parásito sigue las opiniones de los demás. El creador piensa, el parásito copia. El creador produce, el parásito saquea. El interés del creador es la conquista de la naturaleza, el interés del parásito es la conquista del hombre. El creador requiere independencia, ni sirve ni gobierna, trata a los hombres con intercambio libre y elección voluntaria. El parásito busca poder, desea atar a todos los hombres para que actúen juntos y se esclavicen.
El parásito afirma que el hombre es sólo una herramienta para ser utilizada, que ha de pensar como sus semejantes y actuar como ellos y vivir la servidumbre de la necesidad colectiva, prescindiendo de la suya.
Fíjense en la historia. Todo lo que tenemos, todos los grandes logros han surgido del trabajo independiente de mentes independientes, y todos los horrores y destrucciones de los intentos de obligar a la humanidad a convertirse en robots sin cerebros y sin almas. Sin derechos personales, sin ambición personal, sin voluntad, esperanza o dignidad.
Es un conflicto antiguo, tiene otro nombre: lo individual contra lo colectivo».
Howard Roark (Gary Cooper) en El Manantial («The fountainhead»)
Pandemia contemporánea que consiste en despojar la búsqueda de la verdad del valor de lo objetivo, que es sustituido por la subjetividad de lo sentido. En ese caldo de cultivo emergen liderazgos que medran a hombros de ignorantes.
Serie palabrajes, paisajes de palabras. No son palabrejas.
Dícese de ese interlocutor que provoca en ti un ya-no-puedo-más, ¡cállese por Dios!
Serie palabrajes, paisajes de palabras. No son palabrejas.
Escribió Machado Un loco, poema que toma Jaime Buhigas en esta lección para hablarnos de Pitágoras, Platón y de la geometría como lenguaje poético.
«Es una tarde mustia y desabrida
de un otoño sin frutos, en la tierra
estéril y raída
donde la sombra de un centauro yerra.Por un camino en la árida llanura,
entre álamos marchitos,
a solas con su sombra y su locura,
va el loco hablando a gritos.(…)
Por los campos de Dios el loco avanza.
Tras la tierra esquelética y sequiza
—rojo de herrumbre y pardo de ceniza—
hay un sueño de lirio en lontananza.
Huye de la ciudad. ¡El tedio urbano!
—¡carne triste y espíritu villano!—.
No fue por una trágica amargura
esta alma errante desgajada y rota;
purga un pecado ajeno: la cordura,
la terrible cordura del idiota».
No he encontrado mejor forma de recordar a ese hombre que, dicen, nació una madrugada como esta. Un hombre que guiado por su «sueño de lirio en lontananza» cambió el occidente para siempre.
FELIZ NAVIDAD AMIGOS
(Aquí tenéis la lección de Jaime, una auténtica gozada)
Cuenta la leyenda que un día la verdad y la mentira se cruzaron.
– Buen día – dijo la mentira.
– Buenos días – contestó la verdad.
«Hermoso día, dijo la mentira», entonces la verdad se asomó para ver si era cierto, y lo era. «Hermoso día» dijo entonces la verdad.
– Aún más hermoso está el lago -dijo la mentira.
Entonces la verdad miró hacia el lago y vio que la mentira decía la verdad, y asintió.
Corrió la mentira hacia el agua y dijo «el agua está aún más hermosa, ¡nademos!». La verdad tocó el agua con sus dedos, y realmente estaba hermosa y confió en la mentira. Ambas se quitaron la ropa y nadaron tranquilas.
Un rato después salió la mentira, se vistió con las ropas de la verdad y se fue.
La verdad fue incapaz de vestirse con la ropa de la mentira y comenzó a caminar sin ropas, y todos se horrorizaban al verla. Es así que, como aún hoy en día, la gente prefiere aceptar la mentira disfrazada de verdad y no la verdad al desnudo.
Gracias a Eduardo Lazcano por descubrirme este lindo cuento desde su cuenta de Twitter.