Tempus Sacrum. Ramos de espliego.

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Cuando le preguntaban, él decía que esas cepas llevaban allí toda la vida. “¿Y qué sé yo lo que es toda la vida?… Pues desde siempre”. “Desde siempre es mucho tiempo”, le soltó un buen día el que ya era su yerno. Y él no supo qué contestar.

“Desde siempre es desde siempre -pensaba mientras comprobaba la madurez de las uvas-. Mi padre me las dejó a mí, y yo se las dejaré a mi hija. Y ella a mis nietos. Y mis nietos a mis biznietos. Y así. Y qué sé yo qué es “desde siempre” ni “para siempre”. La vida es lo que es… ¡Éstas ya están a punto! Hay que ir pensando en la vendimia… Pero éstas me las llevo ya. Las echo en las alforjas y a casa, con el espliego. ¡Mira que a mi hija le gusta el espliego para meterlo entre la ropa limpia y que dé olor! ¡Claro, así da gusto vestirse uno! ¡Pero qué hermosura de racimos! Quiera Dios que no haya un granizo y nos desgracie esta cosecha, que está el tiempo loco”…

“Desde siempre es mucho tiempo”. La frase de su yerno le palpitaba en la cabeza como tiemblan, sonoras, las campanas cuando preludian ese relámpago negro que atraviesa el alma, esa llamada que repite incesante que tierra somos, a la tierra volveremos.  “¿Pero qué sabrá nadie lo que es siempre?… Arre, bonita, arre, que anochece y no llegamos a la cena, que parece que no quieras volver a la casa… ¡Qué manía con ponerle nombre a todo! Siempre es siempre: cada noche, cada amanecer, cada vendimia, cada trago de vino, cada paseo en el campo, el olor a espliego en los baúles. Eso es siempre. Por eso estas cepas llevan aquí siempre. Y ahora, en cuanto llegue a casa, se lo voy a contar a mi yerno tal cual lo pienso ahora, porque ahora también siempre”.

Nunca llegó. Su hija supo que el trabajo y la alegría de su padre estarían -ya en alma, en espíritu, en recuerdo- para siempre junto a ella cuando vio a la yegua llegar sola a la casa; el paso cadencioso, las alforjas cargadas. Y pidió a Dios por primera y única vez: “Que esta tierra me acoja cuando mi cuerpo y mi memoria empiecen a desdibujar su nombre, su fuerza, su sonrisa”. Para siempre.

 

 

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