Colaborar no es tan sencillo, requiere aprendizaje.
“Tu cerebro está cincuenta veces más ocupado que el de tus padres a tu edad, y el suyo cincuenta veces más que el de sus padres. Es decir, tu cerebro está 2.500 veces más ocupado que el de tus abuelos, y eso es producto de la cantidad de noticias, de anuncios y de todo el ruido comunicacional que nos envuelve. Hoy cualquier niño de 10 años es capaz de reconocer más de 1.000 logos, tal es la enorme cantidad de anuncios que vemos todos los días cuando navegamos en Internet o escuchamos la radio o vemos la televisión. La única manera en que podemos convivir con ello es ignorando casi todo”.
Estas palabras pronunciadas por Seth Godin en una de sus sesiones de The Marketing Seminar, sirven de contexto para apreciar el valor actual que el branded content tiene en la comunicación y el marketing modernos: lidiar con la ignorancia y el olvido, que es otra forma de ignorar.
Hacer Branded Content en 2018 es un oficio apasionante donde las Artes y las Ciencias se dan la mano, donde Tecnología y Humanismo cooperan, haciendo de la comunicación algo relevante para quien la recibe. Por eso, las marcas invierten recursos en crear contenidos relevantes para sus públicos, con tres objetivos:
- Que consigan atraer su atención.
- La nutran con historias de su interés.
- Y sean eficaces trasladando los mensajes que la marca considera acordes a su estrategia de negocio.
Fruto del convenio de colaboración entre UNIR y la Asociación Innovación Audiovisual a comienzos de 2018 celebramos el programa ‘Branded Content Talks’, un ciclo compuesto por cuatro diálogos.
Programa y ponentes.
El ciclo se abrió el jueves 1 de febrero con el título: ‘¿Por qué el Branded Content? ¿Es fruto de la evolución publicitaria o hay algo más de fondo?’. El encargado de desarrollarlo fue Jaime López-Amor, miembro de Innovación Audiovisual, y productor ejecutivo en DIP 360. Jaime tuvo la genial idea de concebir el evento como el diálogo entre tres generaciones de espectadores: su madre, su hija y él. Aquí puedes seguir la charla completa.
El segundo diálogo se celebró el jueves 15 de febrero protagonizado por otros dos socios de Innovación Audiovisual, Jorge Guillén y Elena Neira quienes conversaron sobre “Branded content multiplataforma: el juego de los contenidos líquidos”. Aquí tienes el link.
Dos semanas después fue el turno de otros dos socios del colectivo Innovación Audiovisual, Montecarlo y Daniel Resnich, storytellers empedernidos que nos hablaron de “Back to the future: las marcas que harán historia”. Daniel y Montecarlo dialogaron sobre el futuro que se perfila en el ámbito del Branded content. Aquí el acceso a la charla.
El jueves 8 de marzo tuve la fortuna de conversar con un provocador, Pedro Serrahima, quien durante ocho años vivió la experiencia de dirigir el crecimiento de Pepephone, compitiendo con gigantes como Movistar, Vodafone y Orange, sin apenas invertir en publicidad. Nuestra charla sobrevoló, sobre “qué ocurre cuando el branded content es la experiencia que la marca hace vivir a sus clientes”. Aquí os dejo el link.
Creación colaborativa.
Este ciclo para mi tuvo, además, el valor de ser un experimento de trabajo colaborativo entre las diez personas que cooperamos en el proyecto. Comenzamos a trabajar en el mismo a mediados de diciembre, y desde el principio me propuse observar “micro claves” que hacen más productivo el trabajo en colaboración con otros. Comparto con vosotros un decálogo de las enseñanzas que me he llevado.
1) Todo es más eficiente si acordamos claramente, al inicio, el propósito de lo que estamos haciendo: por qué, para qué y a quién nos dirigimos. Con ese trabajo hecho, encontrar el qué y el cómo es sencillo, y pivotar también. Merece la pena dedicar tiempo en los inicios a acordar un propósito que todos los integrantes del equipo hacen suyo
2) Los miembros del equipo han de compartir una afinidad, algo que les pone en relación, y no tiene porqué ser la amistad. Una afición, una pasión común, compartir una visión sobre el oficio …
3) Ser precisos y certeros en la comunicación entre los miembros del equipo. Trabajar en una red deslocalizada, con pocas ocasiones de contacto orgánico, implica que las ocasiones de encuentros sincrónicos son escasas. Más del 90% de la comunicación entre nosotros es asincrónica, son mensajes que se dejan en un lugar para que los otros lo reciban en su momento e interactúen, cada uno en sus ritmos, por lo que no hay oportunidades de interacciones rápidas o matices y aclaraciones sobre la marcha. Esto requiere que los mensajes que nos emitimos sean muy precisos, muy certeros, que no lleven a ningún malentendido y esto, queridos, es una bendición porque te permite ejercitar la empatía: leer todo lo que tu escribes como si lo estuvieras leyendo sin haberlo escrito.
4) La precisión, si breve, es puro tesoro. Di todo lo que tengas que decir, pero lo más brevemente que puedas, pues al otro lado tienes personas híper ocupadas que tienen que entenderte rápidamente e interactuar contigo llegado el momento de la respuesta, o de la reacción al mensaje que has enviado. Esta es una muy buena oportunidad de poner en juego tus habilidades para expresar mucho con poco, usar las palabras justas, los giros, las imágenes, las metáforas …
5) Acuso de recibo y prontitud de respuesta. Pocas cosas hay tan paralizantes como enviar un mensaje y no saber si al otro lado se ha recibido. Acusa recibo de los mensajes que te lo requieren y comprométete a responder en el tiempo que consideres, pero con un plazo. Si no hay acuse de recibo y compromiso de respuesta en un plazo, los compañeros de equipo que necesitan tu feedback se quedarán sumidos en la incertidumbre y perderán direccionalidad, al no saber qué es lo mejor para su próximo paso.
6) Puntualidad. Suena a Perogrullo, pero en los trabajos en grupo ser puntual en las entregas de tus compromisos es más necesario que nunca.
7) Jerarquía. Crear colaborativamente no significa ausencia de jerarquía. Cada proyecto requiere liderazgo, lo que pasa es que ese liderazgo no se corresponde siempre con el mismo nodo de la red. La persona que hace el rol de “jefa” de la acción no es siempre la misma, de tal modo que cada miembro del equipo a veces lidera y a veces provee a quien lidera. Este es un ejercicio impagable de ego-free.
8) Deliberación y decisiones. Colaborar implica conversar, y conversar requiere de sentirse libre para expresar sin ser enjuiciado. La deliberación, que es la antesala de las decisiones, implica escucha, diálogo, enriquecimiento de puntos de vista … . Antes de decidir sobre algún asunto importante la deliberación es necesaria. Y decir deliberación no es debatir sine díe, es debatir sabiendo que una decisión importante espera al fruto de ese debate.
9) Votar, aunque en cierto modo es la “solución fracasada”. El trabajo colaborativo entre personas afines, con propósito compartido, jerarquía distribuida variable y unos hábitos de comunicación saludables, será en la mayoría de los casos suficiente para que no tengas que pasar a votación propuestas carentes de consenso. Pero, hay momentos en que se hace necesario votar y hay que hacerlo rápidamente y con normas claras. Una votación no tiene porqué reducirse a sí o no. Ante una idea cabe una pluralidad de posiciones más allá de la lógica binaria: sí lo apoyo; ni sí, ni no; no lo apoyo pero acepto que otros lo apoyen; no lo apoyo y me opongo a que esta idea se desarrolle.
10) Bendigo a Loomio, una herramienta sencilla que ha sido concebida como nativa de la deliberación y la toma de decisiones. Loomio nos ayuda a conversar más eficazmente.
11) Este modo de trabajar me enriquece, me hace danzar simultáneamente con el yo y el nosotros. Me descubre, en todos los sentidos.
(Envío un agradecimiento especial a Berni Melero, que me ayudó a trabajar este post).
Este post se basa en el publicado en Innovación Audiovisual el 25 de enero de 2018.
http://innovacionaudiovisual.com/2018/01/25/hacer-branded-content-del-branded-content/
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