Sociedad de creadores.

Zapatos_Ciutadella

Lo de que el “mundo es limitado” tiene mucha miga. Si pienso en el mundo-planeta como un contenedor de todas las materias nutrientes que los seres vivos necesitamos, sí tiene sentido hablar de mundo limitado. Pero creo que es una visión limitada esta del mundo limitado.

La del contenedor es una metáfora que, de aceptarla sin más, nos conduce a entender la vida como una competición entre organismos que se disputan ese capital finito.

Desde esta visión, la estrategia de supervivencia consiste en competir. Y solamente los MÁS … (educados, agresivos, listos, adaptados, fuertes, ahorradores, eficientes … elige lo que quieras) conquistan su derecho a existir por pura selección.

La metáfora matriz del mundo limitado estimula la ansiedad de todos los jugadores por alcanzar un cierto nivel por encima del promedio, lo que garantiza una diferencia positiva a favor respecto a otros jugadores (los que están por debajo). Esta visión legitima la creencia de que sobresalir aporta una mayor probabilidad de éxito en la competencia por sobrevivir.

¿Sobresalir de qué? de los promedios del grupo. Por tanto el referente no se pone en el valor intrínseco de cada jugador, sino en los indicadores con que se mide el valor medible del grupo (las notas en los sistemas educativos, las evaluaciones de desempeño en las empresas, los programas de fidelización de las marcas con sus clientes, etc…).

En este esquema no importa quién eres, o qué te hace disfrutar, o en qué puedes contribuir con brillantez al progreso de la comunidad … Lo que importa es en qué eres capaz de destacar. Esto se corresponde bastante fielmente con lo que vivimos en las sociedades occidentales

La energía que mueve todo este paradigma está contenida en la creencia tan socialmente aceptada de que el mundo es limitado. Y sí, parece ser cierto como contenedor de nutrientes pero creo que podemos entender «el mundo” también desde otro punto de vista. Me pregunto:

¿Todos los matemáticos, artistas y poetas que nos han precedido han “consumido” parte del caudal limitado de sabiduría que tenemos disponible y, por tanto, las futuras generaciones de matemáticos, artistas y poetas tendrán menos sabiduría a su disposición?

¿Tú yo somos mundo?

¿Tú y yo tenemos capacidad ilimitada para disfrutar de la compañía de nuestros seres queridos?

¿Tú y yo podemos vivir sin límite el deleite de nuestras piezas de música favoritas?

¿Tú y yo podemos decir dónde acaba nuestra novela favorita? ¿Acaso empieza en la primera página y acaba en la última de su contenedor -el libro-, o la novela vive a través de las vivencias que inspira a todo aquel que la disfruta?

Si la obra de los hombres navega el tiempo de generación en generación. Si el disfrute que nos proporcionan las cosas que nos entusiasman es ilimitado. Si además ese disfrute lo protagonizamos tú y yo. Si somos también mundo … Entonces ¿Por qué aceptar mansamente que el mundo es limitado?

Los seres humanos tenemos la capacidad ilimitada de poner en juego nuestra mejor versión. Si concebimos que el mundo además de un contenedor de nutrientes está formado por millones de seres con capacidad ilimitada de desarrollar lo que les entusiasma, entenderemos fácilmente que la estrategia más beneficiosa es aprender a detectar y a conectar con eso que nos hace únicos, y favorecer los intercambios.

Visto desde esta perspectiva no tiene sentido querer formar parte de “los MÁS …” porque nadie puede ser más tú que tú mismo. Ya no es necesario competir, ahora el verbo útil es crear.

El modelo social no se enfocaría a conseguir individuos sobresalientes, sino miembros que desarrollan e intercambian su propia creación poniendo en juego lo que les hace felices. Una sociedad organizada desde la metáfora de un mundo integrado por seres ilimitados genera las condiciones para que sus integrantes:

a) Detecten y se conecten con lo que les hace únicos.
b) Desarrollen su capacidad de reciprocar: saber intercambiar con otros desde lo mejor para las partes.
c) Sean conscientes de que la buena salud de la comunidad genera mejores condiciones para el desarrollo de cada integrante.

Una sociedad de creadores se asemejaría a una orquesta de seres únicos que deciden libremente crear cooperando, lo que les reporta beneficio individual al que sólo pueden acceder gracias al trabajo conjunto.

Desde esta metáfora …

¿Cómo se educa en la infancia?
¿Cómo los padres fundan las familias y cómo es la convivencia de varias generaciones en su seno?
¿Cómo se ayuda al adolescente a encontrar su vocación?
¿Cómo se cultivan los campos y se producen los alimentos?
¿Cómo son los medios de comunicación?
¿Cómo son y a qué se dedican las empresas del IBEX 35?
¿Cómo vive una persona cuando está desempleada?
¿Cómo son las organizaciones políticas-ciudadanas que gobiernan alternativamente las instituciones?
¿Cómo participa la ciudadanía en las decisiones sobre la comunidad?
¿Cómo es la vida de profesores, científicos, investigadores, artistas …?
¿Cómo es el sistema de salud?
¿Cómo resuelve sus conflictos?
¿Cómo se defiende?
¿Cómo se honra a los ancianos?
(…)

Es fácil imaginar que el modelo social resultante sería completamente diferente al que estamos viviendo actualmente en España.

Nada va a cambiar si no cambiamos la creencia de que vivimos en un mundo limitado donde lo inteligente es competir, por otra en la que somos seres ilimitados que tenemos que conectar con lo que nos hace únicos.

Por eso es tan influyente el proyecto educativo. Si mañana creara un colegio todo sería inspirado desde la metáfora del mundo poblado por seres ilimitados y únicos. Ese colegio estaría enfocado a empoderar a las personas para encontrar su propio modo de navegar la incertidumbre.

Un colegio donde las personas conecten con su fuente de valor y manejen las tres estrategias básicas de convivir con la incertidumbre: resistir, adaptarse e innovar.

Te dejo link a un post en el que escribí sobre el tema:
http://inteligenciaetica.com/2011/07/tres-materias-lo-inerte-lo-vivo-lo-culto/

Y un referente para mi: Ken Robinson

 

Este artículo está inspirado en las preguntas que me propuso la periodista Rosae Martín de Tendencias 21, en abril de 2014.

1. ¿Qué tipo de soluciones se pueden dar en un mundo limitado donde los puestos de trabajo tradicionales ya no tienen cabida y además han resultado no ser sostenibles?

2. El concepto de progreso va ligado de algún modo al de crecimiento lineal, ¿no sería necesario también renovar el concepto de progreso para poder hablar de sostenibilidad en relación a unos modos de trabajo, y a unas profesiones que respeten justamente esos «límites del planeta» en cuanto a sus recursos limitados?

3. En España el desempleo juvenil es una realidad preocupante para determinados sectores. ¿No es justamente ahora el momento de potenciar otra serie de empleos que sean a su vez más respetuosos con los límites naturales del planeta? ¿Qué tipo de modelo de empleo se le puede ocurrir?

4. ¿ Por qué los gobiernos y otros organismos tanto nacionales como internacionales se centran en el factor del crecimiento y no en cómo se crece?

 

Los zapatos de la foto los compré a un artesano en su taller de Ciutadella, Menorca, en las navidades de 2015.

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