KONY 2012: un magnífico ejemplo de Crowdpower.

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Lo de KONY es por Joseph Kony el líder del LRA, un ejército que recluta niños en Uganda a los que estirpa su infancia para «darles salida» como soldados y prostitutas.

Este post podría ser uno más de esos cientos que todos los días intentan recabar nuestro apoyo a causas solidarias, buscando hacerse un hueco sobre esa pista de patinaje en que se ha convertido el hielo de nuestros corazones. Pero esta vez no. Esta vez lo vamos a parar.

Y entre otras razones lo vamos a parar porque la propuesta de comunica-acción del movimiento Invisible-Children es sencillamente SUBLIME. Tiene toda una serie de ingredientes que le hacen ser un auténtico TT a nivel mundial con 50 millones de visitas al video de youtube en sus cinco primeros días de vida pública. Recomiendo verlo. Son 30 minutos en inglés. De verdad, es sublime.

Estamos ante un magnífico ejemplo de Crowdpower Engineering, donde la inteligencia ciudadana actuando en modo colaborativo genera un capital social que encuentra soluciones a los problemas.

El crowdpower es un recurso inagotable. Es a la sociedad, lo que las renovables a la energía.

Yes we ARE. … Y todo comienza y acaba en cada uno de nosotros.

(Este post va con un agradecimiento especial a Rocío Ortiz e Ignacio Benito, compañeros del viaje de aprender en el Centro Universitario Villanueva. Ellos son quienes me pusieron en la pista).

 

2 comentarios
  1. Susana Muñoz Dice:

    Querido Luismi, Esta historia es de las que estremecen y alegran el alma casi en la misma medida. Constatar las barbaridades de las que son capaces algunos seres humanos, sólo se equilibra con la capacidad de hacer el bien de otros. El mismo empeño de uno por hacerse invisible es proporcional al de muchos otros por convertirlo en visible, famoso, conocido. Levantar la presa del escondrijo de su impunidad, no es sólo un propósito encomiable, sino necesario. Necesario para todos esos niños con vidas masacradas, necesario para que la humanidad respire un aire más limpio, más puro. Gracias a aquellos que ante hechos así no miran hacia otro lado, demostrando el crowd power no es una utopía, ni una quimera, sino una reconfortante realidad.
    Un beso. Susana.

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