Hoy menú de humanidad: Amistad.

Foto: Rubén Morales

Si cualquiera de vosotros recibe un día un e-mail de un amigo o de una amiga, y tras leerlo te quedas mecido en sus palabras -como yo me quedé- y tienes a mano un blog, estoy seguro que harías lo mismo que yo: rendir un homenaje a la Amistad.

Hoy quiero compartir con todos vosotros este regalo que llegó a mi buzón de correo hace unos días. Os dejo con esta obra de arte inaccesible al paladar de las agencias de rating.

Para mis amigos…

Desde una dulce tranquilidad, desde una dulce estabilidad, que espero no sólo perdure, sino que vaya en aumento…os escribo.

Desde la privilegiada atalaya, que ahora mismo me proporciona trabajar para otros pocas horas, que más me sirve de laboratorio desde el que seguir observando este universo en el que nos movemos, tantas veces atolondradamente…

Desde el desahogo de no tener hipoteca y por tanto ser un poco menos prisionera de los bandidos modernos…

Desde la cómoda posición de no tener “cargas familiares”, en mi caso padres, que siempre han sido y siguen siendo un apoyo, una ayuda, es decir una “descarga”. Curiosa denominación la de carga para algunos de los seres que, se supone más queremos…

Desde la despreocupada situación de no tener prole a la que alimentar, nada más que la de disfrutar de la de esos otros a los que amo…

Desde esa dulce tranquilidad, hoy he recordado una canción de Alberto Pérez, que con sutileza matiza la diferencia entre lo que tiene importancia y lo importante…

Si discrimináramos lo uno de lo otro e identificáramos y colocáramos en el lugar que le corresponde a cada cosa y  aún decapáramos lo que tiene de importancia lo importante…seguramente nos quedaríamos, como ocurre con los amigos de verdad, con muy poco … y disfrutaríamos de ese poco que es mucho, porque es grande y bello y profundo…

Esos padres, esos hijos, esos hermanos, esos amigos…

Yo he descubierto placer en cosas que hasta hace no tanto me inquietaban… ese silencio, esa quietud, ese amor que en momentos he sentido y gozado con lujuria; esa observación no participante… esa comprensión y complicidad, esos besos, abrazos, gestos y guiños que nos hacen el tránsito por la vida mucho más gozoso…disfrutad los unos de los otros, los unos con los otros, disfrutad esta noche de lo “importante”… y mañana…seguid haciéndolo sin tregua porque probablemente no haya nada más importante, ni de más importancia…

Mil besos.

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