¿Los jóvenes le han vuelto la espalda a la política?
El 72% de los jóvenes madrileños no encuentran ningún partido político que les resulte interesante.
Esta es una de las principales conclusiones de la encuesta que en Two Much research studio hemos hecho en febrero-2011 en la ciudad de Madrid, capital de España.
No significa que los jóvenes se abstengan en esa proporción durante las próximas elecciones municipales (mayo 2011), porque la tasa de abstención entre los jóvenes será “sólo” del 51% (ver diapositivas), pero al conocer estos datos me han surgido algunas preguntas que quiero compartir en la Red.
1) ¿Realmente los jóvenes nos están diciendo que la política no les interesa? ¿No será más bien que nos dicen que estos partidos políticos no les interesan?
2) ¿Qué responsabilidad hay en las generaciones precedentes para que los jóvenes de hoy muestren este distanciamiento de la política o de los partidos políticos?
3) ¿Qué mensaje hay en el voto de un joven que va a las urnas, aun cuando no hay ningún partido que le interese verdaderamente? ¿es eso responsabilidad ciudadana? ¿es un hábito mecánico? ¿es …?
4) ¿Por qué les cuesta tanto a los partidos políticos “vibrar” en el mismo código de los jóvenes? Por cierto, dicho sea de paso, la generación mejor formada y más conectada de la historia de este país.
5) Ante este desinterés por los partidos políticos o por la política ¿está en riesgo la democracia en nuestro país a medio plazo?
Seguiría con unas cuantas más, pero quisiera escucharte a ti ¿tú qué opinas?
Me parecen unos datos y unas preguntas muy interesante, merecedoras seguramente de no pocas horas de debate….
Desconozco la evolución de este dato a lo largo del tiempo, y si esta percepción de los jóvenes «va por barrios», si se dan estos niveles en todo el estado, o en gran parte de Europa. No cabe duda que ese desapego a la política de los jóvenes es una tendencia que la vamos oyendo desde hace tiempo.
Establecer el origen de este fenómeno en una causa única creo que es imposible y carecería de sentido. Esta claro que el sistema político actual y la credibilidad de los que lo componen afecta y mucho, pero también deberíamos analizar la evolución de los valores de la sociedad, y un punto que creo importante, la expectativa que pueda tener un votante (en este caso joven) del valor de su voto, y de la capacidad de un partido político pueda hacer diferente por solucionar «sus problemas».
Esto me recuerda un ejemplo de gestión empresarial, lo que nos comenta Feargal Quinn (Crowning the customer) acerca de la gestión de las quejas del cliente…que motivos hay para que un cliente nos haga una queja?
1.Nº de cosas que se hacen mal.
2. Las expectativas de los clientes acerca de que se va a hacer con la queja.
Parecería que en un momento de crisis (el nº de cosas que se hacen mal NO será bajo), la abstención debería bajar; pero puede que la segunda condición, la expectativa de los jóvenes en los partidos ( o en el sistema) hoy por hoy este por los suelos.
Por último, y sin querer enrollarme más, si un partido político considera su programa como el producto que vende, y los votos son los ingresos que obtiene debería pensar más, en como vende los «servicios extras», los «intangibles» que ofrece su producto y como se relaciona con sus clientes….no diga que sea fácil…pero ¿qué partido lo hace actualmente?
Un saludo y disculpa Luismi si me desviado un poco del tema!
Eneko
Gracias Eneko, es un placer escuchar tu pensamiento.
Como dices daría para un buen debate esta falta de maridaje entre jóvenes y formaciones políticas actuales. Me identifico mucho con una idea que lanzas en tu comentario:
«la expectativa que pueda tener un votante (en este caso joven) del valor de su voto, y de la capacidad de un partido político pueda hacer diferente por solucionar “sus problemas”.
Soy de la opinión de que los partidos son instituciones que siguen habitando el mundo 1.0, donde había centros que generaban conocimiento/propuestas y periferias que las consumían (o no). Aún no han entrado en el tiempo de la LOGÍSITCA INVERSA (lo aprendí de la gestión de Residuos Sólidos Urbanos) para contemplar, de forma clara, a los ciudadanos como fuente de inteligencia colectiva, distribuida y -por fin- compartida.
Por hacer el paralelismo: si contemplas los residuos como simplemente basura, su destino es el basurero. Si los contemplas como fuente de reutilización y reciclaje entonces los verás como fuente de valor; como materia habitada por una inteligencia que aún está disponible para beneficio de otros seres humanos. Entonces su gestión es otra muy distinta que el simple vertedero.
No quiero decir que los partidos políticos nos miren como «basura» en el sentido literal. Pero sí que, quizás, les cueste posar una mirada adulta sobre la ciudadanía como fuente inteligente de SOLUCIONES para sí misma. Si confías, lo normal es que la especie encuentre las claves de su supervivencia. No por nada, es que somos el último eslabón de una cadena que se ha pasado el téstigo de la vida de generación en generación. Y estamos aquí!!
Creo que el futuro de la democracia tiene que pasar por la co-creación co-responsable de instituciones de gobierno y ciudadanía. Y los jóvenes actuales son los primeros en SENTIRLO porque son la primera generación 2.0 de la historia. A las marcas se lo piden ¿no se lo van a pedir a los gobiernos?
Y ahí, la gente como tú y el MINN Team tenéis mucho que decir ¿o no?.
Un abrazo y te reitero el agradecimiento por tu participación
Me parece muy acertado el paralelismo que empleas con la logística inversa….
Creo que das en el clavo y entiendo que es uno de los grandes desafíos de los partidos políticos el conectar más (co-crear) con la ciudadanía (no sólo con sus afiliados y simpatizantes), y junto con ellos diseñar su programa, en definitiva diseñar soluciones y servicios. Y por supuesto poder trasladar esta forma de actuar (¿hacer política?) a las instituciones y organismos públicos.
El trabajo colaborativo emerge ya en la sociedad y en las empresas por lo que las instituciones públicas no se pueden quedar atrás. El problema no van a ser los medios. La clavé estará en cómo estimular la responsabilidad para co-crear, y en no defraudar las expectativas del ciudadano (el cliente).
Por supuesto los MINNers y LEINNers ahí estaremos; no se exactamente donde, pero dando guerra desde la MTA!
Pues a ello!!
Estamos en contacto. Un abrazo
En las tablas que presentas a partir de la encuesta realizada, a bote pronto y simple vista, observo lo siguiente, hay una graduación decreciente del interés en la política desde los grupos de más edad a los de menor. Ello puede ser por lo siguiente:
Primero, aunque la LOGSE contemplaba los contenidos transversales (presentes en nuesta constitución) como indispensables para la formación de las personas, ello ha quedado en aguas de borrajas. No se han trasmitido los valores constitucionales.
Segundo, los jovenes viven conectados a un mundo virtual alejado de los partidos poíticos. A su vez, los partidos políticos son endogámicos.
Tercero, los jóvenes están en otras cosas, quizás por su edad su visión de la vida es cortoplacista. O bien los partidos prefieren que esa juventud esté «distraida».
Cuarto, la familia como comunicador de valores ha perdido importancia.
Quinto, no hay que olvidar que solo hay 35 años que acabamos un periodo de vacaciones mentales y muchos de los que hoy vivimos hemos «disfrutado».
Sexto, recuerdo la ilusión que producía en mi a mis 11 años, las primeras elecciones generales. Los mítines de todos los partidos estaban abarrotados de personas ilusionadas e identificadas con los lideres de esos partidos. Actualmente les cuesta una enormidad juntar una masa ingente de personas que probablemente tan solo actúan como figurantes.
Como todo en la vida, el peligro acecha a la democracia, somos conscientes que es la forma de gobierno menos mala, como el amor, la amistad, la honestidad hay que cultivar la democracia todos los días y a todo momento.
Ayudemos a que los jóvenes se desarrollen como personas, mi hijo acaba de cumplir hoy 18 años (estoy muy contento), no sabe que estudiar a tres meses de selectividad, probablemente los mayores no les hemos enseñado abrir esa ventana donde vislumbrar el futuro.
Realmente no se si he respondido a alguna de tus preguntas, pero he compartido mis reflexiones, vivencias y preocupaciones.
Alejandro no sabía que tenías un hijo de 18 años. Vaya tela, compañero, qué mayores somos 🙂
La política tiene su vertiente noble, qué duda cabe, pero no veo a los partidos muy duchos en la labor de conectar con la generación joven. Lo hicieron en la seggunda mitad delos 70 y los 80 porque los partidos eran igual de jóvenes que la democracia. Hoy creo que han «envejecido» sin darse cuenta. Un abrazo
Sin embargo es curioso como los jóvenes de los países árabes están haciendo «política activa» y están peleando por algo parecido a la democracia. Creo que es tan simple como el volumen de comida en los estómagos.
Enhorabuena por el blog, Luismi.
Hola Rubén, bienvenido a este foro.
Bueno es curioso ¿verdad? Aquí en nuestro país, al comienzo de la democracia, allá por los 70 y los 80, la juventud estaba muy conectada a los partidos, quizás porque además de las ganas de renovación social, los propios partidos eran jóvene y estaban integrados por jóvenes. Eran tiempos apasionados.
Ahora, tras tres décadas de «bienestar» creo que nos hemos acomodado. Quiero decir que nos hemos hecho consumidores de SERVICIOS públicos y nos hemos olvidado -quizás- de nuestra condición de ciudadanos, titulares de DERECHOS. Yo creo que uno se apasiona más si entiende que lo que está en juego son derechos (al aprendizaje, a la salud, a la igualdad de oportunidades, al ocio…) que si entiende que lo que está en juego es «simplemente» el buen funcionamiento de los hospitales, de los colegios o de los polideportivos.
Mi hipótesis es que la generación entre 35 y 50 años aprendió la democracia como consumidora de servicios y no ha tomado el testigo de la defensa de los derechos, que sí fue un asunto de sus hermanos mayores: «los que corrieron delante de los grises».
Ahora lo que los jóvenes menores de 30 años NOS ESTÁN ENSEÑANDO a los demás es «lo vacía» que se queda la democracia si el asunto central no son los derechos ciudadanos. Pierde su appeal; pierde interés.
Un abrazo
Hola Luis y felicitaciones por el blog. Me animo a compartir algunas impresiones desde Argentina, porque creo que muchos de estos procesos son globales. Me parece acertado separar «partidos políticos» de «política». En mi país, formar parte de la dirigencia política en general tiene una percepción pública realmente pobre, cuando en realidad debiera ser una de las actividades con mayor prestigio social: gestionar el espacio público, aquello que es de todos. Estamos en una época donde es abismal la diferencia en términos de «parámetros mentales» o «visión del mundo» entre las distintas generaciones… aquí nos gobiernan personas que tienen un «chip» más cercano al 0.1 que al 1.0 … y las generaciones más jóvenes que han tenido la
suerte de acceder a una buena educación (en Argentina lamentablemente hay cada vez más jóvenes que no corren esta suerte) se comunican, mueven y tienen expectativas más del tipo 2.0…yo considero que a mediano plazo, gracias a la información y al potencial colaborativo de Internet, se van a ir generando las condiciones de confianza y credibilidad para que vuelva el interés y la valoración social que debe tener el espacio público. No quiero decir que las TICs en sí mismas sean la panacea para resolver las cuestiones públicas, pero si creo que jugarán un rol muy importante. En este campo, llamado «Gov 2.0» o «E-participacion», es muy interesante el trabajo que hacen organizaciones como PDF (que ha realizado encuentros en Barcelona),
la asociación Ciudadades Kyosei (basada en España), y un gran número de organizaciones (públicas, sin fines de lucro, y empresarias) que buscan mejorar la calidad de vida a través de una mayor y mejor participación ciudadana a partir del uso de las TIC. También recomiendo el libro «Comunicación y Poder» de Manuel Castells.
Un abrazo
Gracias Juan Pablo por tu comentario. Voy a seguir a las organizaciones que me comentas, pues no la conocía hasta escuchártelas a ti. El libro de Castells lo tengo en mi estantería desde hace casi un par de años, pero la verdad es que no he encontrado aún el tiempo de zambullirme en tantas páginas.
Sobre lo que comentas acerca de las posibilidades que ofrece la web 2.0 me parecen muy sugerentes las reflexiones que hace el filósofo español José Antonio Marina en su libro Las Culturas Fracasadas. Es una lectura que nos habla de la inteligencia compartida, la cual nos permite crear un campo en donde el potencial de los seres humanos puede ser mayor que la suma de los potenciales individuales. El «problemilla» es que parece que también funciona a la inversa: la estupidez compartida genera sumideros de potencial por donde se desagua el poder que nos habita. Sólo hace falta ver una tertulia en alguna de las cadenas de televisión que hay en España acerca de la vida de los famosos para experimentar como tu organismo termina «desmoronado», agotado y APÁTICO. En cambio cuando uno disfruta de una buena conversación o participa en una actividad creada desde el entusiasmo de los participantes, uno siente ALEGRÍA y ganas de vivir, ganas de compartir, ganas de crear, y ahí -creo- radica la magia del potencial transformador que la ciudadanía tiene (tenemos) para hacer un mundo mejor a este. Compartiendo individualidades que deciden conectarse y co-crear.
Un abrazo y te reitero las gracias por tu aportación.