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A mi me parece que estos tiempos de crisis están favoreciendo que las personas busquemos dentro de nosotros qué tesoros habitan ahí dentro. Qué recursos sentimos latiendo como una vocecita que nos dice «mírame» «ábreme» «úsame»…

Y ocurre que cuando miramos dentro estamos creando la posibilidad de un encuentro con la mejor versión de nosotros mismos. Y ese hallazgo, empodera. «The power to be your best» frase que -cómo no- ya usó Apple en los noventa para hablarnos de nosotros mismos.

Y si uno penetra y visualiza ese tesoro que somos es probable que termine preguntándose «¿Si soy un tesoro por qué no consumo habitualmente como el tesoro que soy?» «¿Por qué me conformo tan a menudo comprando productos que no me convencen del todo?»

Ya sé que estas preguntas no están ahí habitualmente cuando tomamos decisiones cotidianas de compra. Lo sé. Pero no es menos cierto que cuando topas con un tesoro lo reconoces inmediatamente, y entonces sientes que esas preguntas aletean dentro de ti.

Esto mismo que nos acontece a las personas veo que se hace cada vez más manifiesto en las marcas, entendidas como organismos que saben mirar dentro de sí para descubrir sus capacidades de crear -como tesoros que son- tesoros a compartir con los consumidores-ciudadanos-seres vivos que somos.

Os dejo con un tesoro, la iniciativa de la marca Migueláñez y Abel, un binomio que rezuma dignidad. Un ejemplo vivo de puente que UNE el tesoro de dos seres: la marca y sus consumidores.

En mi caso ha sido uno de esos impactos que despiertan la vocecita interior: «¿Si soy un tesoro por qué no consumo habitualmente como el tesoro que soy?»

(Por cierto, sin hablar ni una palabra sobre Responsabilidad Social Corporativa … ¿alguien lo echa en falta?).

5,4 millones de internautas españoles se muestran permeables a realizar contribuciones económicas a iniciativas solidarias. Y la fórmula preferida es el apoyo puntual a proyectos concretos, muy por encima del clásico pago de una cuota periódica a una organización.

Son datos extraídos del estudio «La Solidaridad y Yo en Internet», que Two Much research studio y Netquest hicimos en septiembre de 2011 por encargo de iwith.org, una ONG fundada en 2001 cuya misión es prestar servicios de tecnología de la comunicación a otras ONG’s, en los cinco continentes.

Los resultados del estudio se encuentran disponibles para su descarga gratuita en estos enlaces de Slideshare:

Versión principales conclusiones (30 páginas); Versión informe completo (100 páginas).

En este post os dejamos con una de las conclusiones más relevantes de esta investigación: en un video de 7 minutos hablamos del potencial que tiene el crowdfunding como medio para obtener apoyos económicos de la ciudadanía.

Mi buen amigo Pablo Sánchez Kohn me puso en la pista de esta TED Talk protagonizada por Hernán Casciari, fundador de Orsai, un proyecto que moviliza la energía ciudadana en torno a la producción cultural.

Se trata de una iniciativa -otra más- en la que las personas se aúnan en torno a un propósito común, forjando un nuevo canal de comuni-creación donde dar cauce a su necesidad. En este caso, un proyecto editorial independiente, sin intermediarios, que permite un intercambio franco y equilibrado entre creadores y lectores … generando riqueza.

Un buen ejemplo de los vientos que mueven estos nuevos tiempos. Orsai es vida efervescente, disponible y sumamente accesible.

Creo que te merecerá la pena dedicarle veinte minutos de tu calma.

Las empresas tienen mucho más que ganar siendo empresas creadoras de valor 360º, que donando recursos a una RSC cuya finalidad última es gestionar su imagen.

De cómo lograr esto hablamos en nuestro e-book gratuito Inteligencia Ética: la RSC de nueva generación (2ª edición). Un documento de 48 páginas inspirado en reflexiones como esta:

Las empresas hacen cosas que intercambian con personas. Dependiendo de cómo concibas a las personas, así te plantearás las cosas que haces. Si concibes a tus clientes como eso, como “simples” clientes, tu pensamiento se encaminará a crear productos con buenas prestaciones. Pero si añades tres capas de interés y concibes a tus clientes también como ciudadanos, seres humanos y seres vivos, tus creaciones tenderán a incluir beneficios que no sólo son las prestaciones del producto. De forma natural entrarás en el ámbito de las vivencias positivas y las personas no vendrán a ti sólo por tus productos (que son imitables), sino también por cómo eres (eso es único) y cómo les haces sentir (eso es inolvidable). Así de simple … así de rentable.

Thibaut Deleval.

Muchas veces a lo largo de mi carrera había oído hablar de la palabra «insight». Tardé bastante en transformar esta palabra en un concepto útil para mi, en in-corporarlo a mi bagage como conocimiento vivo, superando los moldes académicos o profesionales que hasta ese momento lo habían circunscrito a un fragmento de la jerga que -se supone- debemos dominar para estar a la altura en las reuniones.

Hoy es el día en que aún no me siento capaz de definirlo, pues su grandeza no me cabe en una frase sencilla y completa, pero sé que lo tengo incorporado porque lo reconozco cuando experimento el «momento insight» como una idea que -súbitamente- ilumina mi pensamiento, dándome acceso a la comprensión de un fenómeno y, a la vez, creando una visión limpia que me orienta a la acción.

Os cuento esto porque la vida me puso en el conocimiento de Thibaut Deleval, creador de Valioo. Curioseando sobre su proyecto me encontré con una joya de insight. Esto decía Thibaut sobre el momento en que decidió crear Valioo:

«Un día leí un artículo titulado “Los datos personales son el nuevo petróleo” y me impactó mucho. Me había dado cuenta hace ya tiempo de que nuestros datos personales valían dinero. Sólo hace falta ver que empresas cómo Facebook, LinkedIn o Google valen muchísimo dinero casi exclusivamente porque se han hecho con nuestros datos. Saben quiénes son nuestros amigos, lo que nos interesa, lo que ganamos, etc. Sin embargo, era la primera vez que veía esta comparación con el petróleo. De repente me di cuenta de que, por primera vez en la historia, éramos todos dueños de una cierta cantidad de una materia prima de gran valor. Las reservas de petróleo las tienen unos pocos. Pero el nuevo petróleo lo tenemos todos, cada uno, siendo dueño de sus propias gotas. A partir de ahí, me puse a pensar y a buscar un sistema que, por un lado, permitiera a cada individuo beneficiarse de sus datos y que, por otro lado, transformara esta nueva materia prima en una fuente de energía, para impulsar un cambio global y progresivo hacia un mundo mejor. He llamado a este sueño Valioo. No es una utopía. El dinero está ya ahí, las empresas pagan mucho dinero por averiguar lo que pensamos de sus productos. Sólo hace falta exigir que nos paguen directamente a nosotros y no a los intermediarios que negocian con nuestras gotas a escondidas.»

Creo que todo emprendedor tiene que llegar con su insight debajo del brazo. Y también creo que sin ese salto disruptivo es casi imposible transitar por el mundo de los negocios con una probabilidad razonable de habitar el futuro. Ya sé que no es condición suficiente, que es necesario poner en práctica las ideas, claro. Pero sin un postulado que oriente la acción no se va muy lejos y -peor aún- llega un momento en que puedes olvidar el sentido de tu proyecto. Ese día estás perdido.

Gracias Thibaut por esta creación que es Valioo y la nobleza de su propósito. Me haría muy feliz hablar algún día de tu proyecto parafraseando a Peter Drucker, quien dejó para la historia esta perla: «donde hay una empresa de éxito, alguien tomó alguna vez una decisión valiente”.

Una importante empresa con intereses en el sector de la construcción decide crear una línea de negocio orientada a edificios de viviendas bioclimáticas con su marca. Las características básicas del proyecto son las siguientes:

1) 50% de las viviendas en propiedad y 50% en alquiler.

2) Máximo ahorro energético debido a su diseño y los materiales empleados, gran parte de estos últimos reciclados.

3) Las viviendas vienen equipadas con un contador de consumo energético que monetiza continuamente el gasto en gas y electricidad. Asimismo todos los grifos tienen un caudalímetro que informa al habitante de la casa de cuánta agua sale desde que se abrió el grifo hasta que se cerró.

4) Se ha pactado con el Ayuntamiento que los locales comerciales y oficinas serán alquilados a emprendedores y jóvenes artistas, a precio tasado. El ayuntamiento subvenciona parte del alquiler.

5) El proyecto de arquitectura es el ganador de un concurso realizado entre las escuelas de arquitectura del país. El equipo ganador ha sido contratado por la empresa constructora para participar en la obra.

6) La dirección de obra reserva dos horas a la semana para las visitas de grupos de estudiantes en prácticas interesados en conocer los detalles del proyecto.

7) El banco Triodos Bank, especialista en banca ética, ofrece los préstamos hipotecarios a un tipo de interés inferior por tratarse de un proyecto de viviendas bioclimáticas.

8) Además, el 5% del valor de las hipotecas será invertido (no donado, sino invertido) en entidades especializadas en prestar micro-créditos en países desfavorecidos. La empresa constructora invierte también el 5% de la masa de los alquileres en la misma entidad.

9) El comprador de la casa tiene descuentos del 10% en la compra de productos ecológicos de una serie de tiendas online especializadas en alimentación, cosmética, ropa, tecnología…

10) Cada tres viviendas hay un coche eléctrico con plaza de garaje para uso de los propietarios e inquilinos, completamente asegurado y con instalación para la recarga de baterías.

¿Me he vuelto loco? ¿esto es sueño o realidad?

Jorge Wagensberg es uno de los autores que más me inspira.

Hoy quiero transcribiros un párrafo de su libro «La rebelión de las formas. O cómo perseverar cuando la incertidumbre aprieta«, por cierto, un título muy estimulante para los tiempos que corren ¿no os parece?

«Según la cosmología vigente, en el principio de los tiempos la materia del universo se desparramaba según una especie de sopa homogénea de quarks. Todo objeto actual tiene una evolución particular que arranca de aquella lejana fecha. Atendiendo a esta evolución, hemos destacado tres acontecimientos especialmente trascendentes. El primero es, desde luego, la creación de la materia. La nada se rebeló contra sí misma y así surgió, digamos, la materia inerte, una materia capaz de resistir algo de las fluctuaciones de la incertidumbre. Algunos miles de millones de años después, en un rincón del universo, un pedazo minúsculo de materia inerte se rebeló contra la incertidumbre y se complicó lo bastante como para modificar algunas de sus fluctuaciones y ganar así cierta independencia de su entorno. Así se asomó la materia viva a la existencia. Y hace poco más de un millón de años, una parte bien modesta de la materia viva protagonizó la tercera gran rebelión y se complicó aún más hasta lograr anticipar algo de la incertidumbre. Así emergió la materia culta capaz de producir conocimiento abstracto y capaz de preguntarse, por ejemplo, por la evolución de la materia.»

Al leer este párrafo me pregunto ¿qué hay en mí que me hace resistir? ¿qué hay en mí que me lleva a cambiar? ¿qué hay en mí que me permite anticipar la incertidumbre, innovando?

Y creo que estas preguntas son relevantes en cualquier organización para descubrir cómo conviven la materia inerte, la materia viva y la materia culta en toda su actividad. Las tres son necesarias para la supervivencia; cada una de las tres -la que resiste, la que cambia y la que anticipa innovando- en su dosis justa, en equilibrio con las otras dos compañeras.

Una organización con «sobrepeso» de resistencia tenderá a atrincherarse actuando a la defensiva. Si el sobrepeso es de cambio, tenderá a moverse sin rumbo claro, a derivar. Si el exceso es de innovación corre el riesgo de caer en el idealismo exploratorio. El equilibrio, en cambio, dota a la organización de la mayor supervivencia futura, aportando capacidades para navegar cualquier tipo de episodio nacido de la incertidumbre.

(Si crees que merece la pena, compártelo. Gracias)

Hoy quiero formular dos preguntas dirigidas a toda la comunidad profesional del marketing, la comunicación, el branding, el management, la Responsabilidad Social Corporativa, la reputation economy, etc..:

La primera pregunta: ¿Cómo es posible que una empresa consiga 1 millón de clientes, venda todos los años 40 millones de yogures en 1.500 puntos de venta, con un precio 40% superior a la marca líder de la categoría, sin hacer publicidad, ni promoción, tan sólo visitas guiadas a sus instalaciones en Olot (comarca de La Garrotxa, provincia de Gerona, Cataluña, España)?

Este proyecto existe, nació en 1982 y se llama Cooperativa La Fageda.  Está integrado por 250 personas, de las cuales el 64% presenta discapacidad psíquica. Sus fundadores son la pareja formada por Cristóbal Colón y Carme Jordá, especialistas en psiquiatría clínica, que en 1982 no tenían ninguna experiencia empresarial, pero sí una intuición: un trabajo digno puede ser la vía para rescatar del tormento a quien padece de sufrimiento mental.

El profesor de IESE José Antonio Segarra ha publicado un artículo de 8 páginas donde podeis encontrar una narración clara y amena del proyecto (gracias profesor). Os recomiendo su lectura en quince minutos de pausa. Yo he seleccionado la siguiente cita:

«La creencia en la centralidad de la persona se traduce en su capacidad de transformación de la realidad, asumiendo su responsabilidad desde la libertad. Las personas con discapacidad psíquica y/o trastorno mental severo han sido ordinariamente atendidas en contextos paternalistas que las alejaban de cualquier responsabilidad y, por tanto, del uso de su libertad. En La Fageda se quiere acompañar a la persona para que asuma aquellas responsabilidades de las que sea capaz (ni más, ni menos), y de esta manera asumir la libertad que sí puede utilizar como propia. Esta creencia es llevada al extremo. El objetivo de la dirección es, por tanto, contribuir a que todas y cada una de las personas den lo mejor de sí mismas

La segunda pregunta: ¿Hay algo en La Fageda que podamos aprender sobre el eco social -1 millón de clientes- que alcanza un proyecto empresarial centrado en las personas? ¿Quizás sea la fuerza de la dignidad lo que impulsa a esta nave?

(Por si alguien se lo pregunta: por cada euro de dinero público recibido, La Fageda ingresa tres, en concepto de IVA y Seguridad Social).

«El estímulo de la inteligencia ética de una empresa permite incrementar su competitividad via el empoderamiento de las personas con las que se relaciona».

Esta semana se cumplen cinco meses del nacimiento de este blog y he recordado a las personas que en este tiempo me han preguntado qué entendemos en Two Much por Inteligencia Ética.

Cuando hablamos de Inteligencia Ética en las empresas nos referimos sencillamente a tomar un punto de vista que mira a las personas integrantes de una organización en su triple condición de seres vivos, seres humanos y seres ciudadanos. Seres vivos integrantes de la biosfera; seres humanos integrantes de una especie habitada por un impulso creador; y seres ciudadanos que se dotan de unas coordenadas culturales para hacer posible la convivencia en sociedad.

Ser cliente, ser empleado o ser colaborador de una organización son roles que las personas desempeñamos en un determinado momento, pero detrás de esos roles está siempre ahí la triple condición de seres vivos, seres humanos y seres ciudadanos. Por tanto, si tomamos el punto de vista de la inteligencia ética en nuestras relaciones con clientes, empleados y colaboradores podremos establecer comunicación con el ser vivo, el ser humano y el ser ciudadano que somos. Todo en uno.

La marca, empresa o institución capaz de proponer productos, servicios o proyectos inspirados en la inteligencia ética está añadiendo nobleza a su propuesta de valor objeto de intercambio, facilitando que las personas que se relacionan con esa organización quieran poner en juego la mejor versión de sí mismos. Es entonces cuando se produce el mayor intercambio de vida: tú me propones nobleza, yo pongo mi 100%.

Si la supervivencia futura de una organización es directamente proporcional a las voluntades que moviliza, una empresa capaz de tener disponible el 100% de su gente -clientes, empleados y colaboradores- afrontará la incertidumbre desde la mejor de las posiciones, pues el empoderamiento de las personas con las que HOY se relaciona le inyecta compatibilidad con el futuro.

Para más detalles puedes descargar el e-book gratuito de 40 páginas: Inteligencia Ética, la RSC de nueva generación.

Me encanta el momento histórico que estamos viviendo, con sus luces y sus sombras. Cada día es más frecuente encontrar creaciones brillantes, inspiradoras, reconfortantes. Estos videos de un par de minutos me dicen que hay (mucha) vida inteligente en el marketing, y mucho por hacer.

La marca protagonista hace una apuesta por conectar con las personas a través de una suerte de «storyplaying«, de una forma discreta, elegante, ingeniosa … Difícil de olvidar. Os recomiendo que llegueis hasta el final del video porque es donde se desvela el juego.

Mi enhorabuena al patrocinador, que nos muestra cómo es posible activar nuevos horizontes que transforman nuestra realidad sin grandes esfuerzos, aprovechando los vientos del ingenio y el disfrute.