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El otro día mi mujer ayudó a un hombre ciego a elegir su camisa, porque no sabía a ciencia cierta de qué color era. Él acudió a la app, y el algoritmo eligió a mi compañera para atenderle.

Él con su smartphone haciendo una videocall desde Rio de Janeiro. Ella recibiendo la llamada en Guadarrama (Madrid).

Fueron 30 segundos.

Los dos felices.

¡Magia!

La fantástica app se llama BeMyEyes

(El campo a desarrollar es impresionante).

Es un lugar común eso de que las recomendaciones que recibimos de amigos o familiares ejercen una importante influencia en nuestras decisiones. Lo que no es tan común es disponer de evidencias empíricas que verifiquen o refuten esta idea. En este post exponemos una evidencia del primer tipo.

Observe el lector este primer gráfico que representa el grado de interés por visitar en vacaciones el país X, entre tres tipos de público:

    • Quienes ya lo han visitado (columna más a la izquierda).
  • Quienes aún no lo han visitado, pero han recibido recomendaciones de sus círculos de amistades (columna del centro).
  • Quienes ni lo han visitado, ni han recibido recomendaciones (columna de la derecha).

Apreciamos que el deseo de (volver a) visitar el país “X” es muy elevado entre quienes ya lo han hecho, lo que nos habla indirectamente de que los visitantes están bastante satisfechos con la experiencia vivida en el país.

Asimismo, vemos que el interés es igualmente elevado entre quienes no lo han visitado aún pero han recibido recomendación de sus amistades, mientras que quienes no han recibido recomendaciones presentan un interés mucho menor en visitarlo. La diferencia entre estos dos púbicos es el poder de la recomendación desinteresada, aquella que proviene de nuestros círculos de relaciones.

¿Quién recomienda?: recomienda quien vive una experiencia en ese país que le deja plenamente satisfecho o, mejor aún, quien vive algo valioso más allá de lo esperado.

¿Por qué recomienda?: porque esas personas quieren lo mejor para sus seres queridos, de ahí que difundan el mensaje, no por fidelidad al país “X” sino por fidelidad a sus círculos de relaciones.

El poder de la recomendación desinteresada proveniente de personas conocidas es un gran recurso que las marcas excelentes tienen a su disposición y, por contra, está fuera del alcance de aquellas que no logran satisfacer profundamente las necesidades y deseos de los públicos a los que se dirigen.

Obsérvese en el siguiente gráfico cómo en el país “X” el hecho de lograr una alta satisfacción de los visitantes es, sin duda, una estrategia de alto rendimiento para su marca en los cinco mercados a los que se dirige. Los datos ponen de manifiesto el importante tamaño que tienen los “recomendados” (la franja verde clara), que son el fruto de las recomendaciones realizadas por los recomendadores (la franja verde oscura).

Una conclusión: cada persona es un nodo de una red de influencia, la de su círculo de relaciones. Por ello asegúrate de que tu experiencia de marca proporciona a tu público un motivo para hablar bien de ti, y deja que lo digan a su modo, a quien quieran, donde quieran y cuando quieran. Si la experiencia es buena, lo harán. Especialmente si está más allá de lo esperado.

Una pregunta: ¿de las diez decisiones de marketing más recientes que has tomado, cuántas quisieron provocar una experiencia más allá de lo esperado, dando así motivos a tu público para hablar bien de ti en sus círculos de influencia?

Una reflexión final: las personas pueden comprar tu producto por fidelidad a tu marca, pero si lo recomiendan es por fidelidad a su gente. Su reputación está en juego cuando lo hacen, de ahí que sólo recomienden lo que consideran verdaderamente valioso. Ahí radica el asunto, en hacer algo verdaderamente valioso para tu público.

Este post fue publicado originalmente en el blog de FLUOR Lifestyle, el 25 de septiembre de 2017.

https://fluorlifestyle.com/el-poder-de-la-recomendacion-de-amigos/

Somos seres sociales, como muchos bichos. Vivimos en sociedad, como muchos bichos. Y las historias nos dan forma, en esto ya no hay bichos como nosotros.

Como dice y razona Yuval Noah Harari el Homo Sapiens es la especie que ha llegado a gobernar este planeta gracias a que es capaz de construir mecanismos de cooperación masiva entre extraños, tales como naciones, iglesias, empresas, cooperativas, ong’s, clubes de fútbol …

En este enlace tienen una TED Talk en inglés con subtítulos en español.

Siguiendo con la tesis que este autor desarrolla en “Sapiens. De animales a dioses”, estos mecanismos de cooperación masiva se hacen posibles cuando se orquestan con historias –él dirá mitos- que los legitiman y orientan su acción. Así, las naciones crean sus mitos que legitiman a gobernantes y ciudadanos; las iglesias crean los de la santidad y los feligreses; las empresas el mito del emprendimiento y el empleado; las cooperativas enfocan los suyos desde el igualitarismo y lo colectivo; las ong’s desde la causa noble y el voluntario; el club de fútbol declina el mito de la rivalidad y la adhesión a los colores, etc…

El mito es lo que aporta familiaridad, lubricando de ese modo la cooperación entre extraños. Por ejemplo el mito del Estado del Bienestar en España me conduce a pagar impuestos a favor de la cooperación entre ciudadanos españoles, de los cuales a lo sumo conozco directamente a 200. O sea, de los 45 millones de españoles hay 44.999.800 que son, en sentido estricto, extraños para mi. Sin embargo son españoles, como yo. Compartimos mito y esto nos permite cooperar con eficacia.

Escribe Harari en un pasaje de su libro que “contar relatos efectivos no es fácil. La dificultad no estriba en contarlos, sino en convencer a todos y cada uno para que se los crean”. Por esta razón todos los mecanismos de cooperación masiva entre extraños necesitan mitos seductores y medios a través de los que circular.

Hoy somos muchos medios de comunicación.

Desde que vivimos en plataformas de conectividad y vamos con ellas a todas partes, hemos añadido el rol de productor de contenido al que ya teníamos tradicionalmente de receptor paciente del que otros producían en nuestro nombre. Ahora se nos ha facilitado ser nodos. Emitimos y recibimos contenido desde y hacia nuestras áreas de influencia. Así vamos constituyendo ese relato que llamamos actualidad.

Hace tan sólo diez años esto no era así. Los medios de comunicación “de masas” eran pocos y el rol dominante en la humanidad era el de receptores del relato que estos medios hilvanaban de noticia en noticia, de reportaje en reportaje. Titular a titular, portada a portada, entrevista a entrevista ese alimento social llamado actualidad se cocinaba en los fogones del poder.

¿En qué momento estamos hoy?

¿Todos los medios contribuyen a conformar este relato que llamamos actualidad? Mira este gráfico por favor. Recoge lo que 6.300 personas de 16 a 65 años, compradores habituales de tickets online, contestaron en julio de 2015 a la pregunta “para informarte sobre la actualidad ¿cuál es el medio o los medios que usas más habitualmente?»

La foto resultante nos habla de una transición en lo que respecta a los medios elegidos para estar al día de lo que se cuece en los tiempos que vivimos. Comenzaré por la parte derecha del gráfico, donde aparecen los datos de las generaciones más talluditas, los mayores de 50 años.

Llama la atención lo variado del menú. Los seis medios dibujan un escenario con poca distancia entre los extremos. Entre el medio favorito (la prensa digital) y el menos frecuente (blogs y sites) hay 25 puntos de diferencia.

Asimismo los medios clásicos de televisión, radio y prensa en papel siguen teniendo una presencia muy destacada en el seguimiento de la actualidad. El tamaño que tienen radio y prensa en papel entre los mayores de cincuenta nos habla de que son singularidades propias de esa generación. Ya no se aprecian con vigor en los otros grupos de edad, especialmente por debajo de los 40 años.

La generación intermedia de 40 a 49 años -nacidos entre 1966 y 1975- deja ver su papel de generación bisagra. Por un lado refleja la pujanza de los medios de natividad digital y, por otro, la inercia de los medios crecidos al amor de la lumbre analógica.

Los medios y los menores de 30 años.

Vayamos ahora a la zona de la izquierda del gráfico, donde se ubican las preferencias de los españoles más jóvenes. De entrada apreciamos la polarización. Más de 60 puntos separan al medio más frecuente del menos frecuente. El menú es menos variado y sin duda son las redes sociales el medio más importante para seguir la actualidad, sobre lo que luego incidiré.

Pero ahora quiero llevar tu atención a que la televisión sigue siendo habitual para el 44% de estos jóvenes, tan sólo 13 puntos por debajo de lo que es para los mayores de 50 años, y muy parecido a lo que supone para las dos generaciones de españoles que caben entre 30 y 50 años. Cuando se dice que “los jóvenes ya no ven la televisión” se está haciendo una simplificación que impide ver un fenómeno completamente normal, como es que la televisión sigue siendo para los jóvenes un medio importante para seguir la actualidad, en la misma medida que para quienes ya no son tan jóvenes. Otra cosa es que no quieran “televisión de entretenimiento a la parrilla”, eso es así, pero esto no lleva aparejado que le den la espalda como contacto con la actualidad del tiempo que vivimos.

Como vemos son las redes sociales (línea amarilla) el medio favorito para la generación más joven, y lo es de modo contundente y singular con respecto a los otras generaciones. Este hecho nos indica que son los “amigos” que se eligen seguir en las redes (ya sean personas o medios) quienes están sirviendo la dieta que nutre su visión de la actualidad. Son las noticias que provienen de esos círculos de confianza las que entran a la ración diaria, siendo así que lo que llega a través de estos círculos está inscribiendo en los más jóvenes el mito que llamamos actualidad.

Sabemos que una gran parte de ese contenido es en realidad el re-envío de contenidos creados en las redacciones de los medios de comunicación de siempre. Sí, pero Juan abre ese link porque se lo envía Noelia. Su confianza primaria está depositada en Noelia, no en el medio que ha publicado el contenido o en la persona que lo ha redactado. Así desembocamos en una nueva fuerza constituyente que es especialmente visible en los más jóvenes: los círculos de confianza de “amigos” actuando como curadores espontáneos de lo noticiable, no porque creen el contenido sino porque se creen entre ellos.

El fenómeno Me-We.

Llevamos un tiempo apreciando en diferentes investigaciones el afloramiento de un fenómeno muy notable entre los jóvenes, aunque no es exclusivo de ellos. Consiste en dinámicas de creación colaborativa donde sólo hay beneficio individual si también lo hay colectivo. Y sólo se alcanza la meta colectiva si el individuo obtiene su retorno, a su escala.

Es una danza simultánea entre el Yo y el Nosotros, a pequeña escala, en círculos de confianza relativamente pequeños y manejables. Este fenómeno está ubicando los círculos de confianza entre amigos en el epicentro de nuevas formas de crear vida social y soluciones a necesidades-deseos que van desde la vivienda, la movilidad, el aprendizaje o la fabricación.

Los círculos de amigos danzando al son del Me-We como mito constituyente de nuevas realidades.

Este fenómeno es una extensión muy natural para una generación acostumbrada a conformar su visión del mundo desde los contenidos que llegan a su vida a través de los círculos de confianza. Tras una década de conversaciones en el «Social Media» está brotando y creciendo una mutación que me gusta llamar «Crowd Media», y que defino como ese nuevo marco donde los círculos de confianza ya no sólo comparten conversando, sino que también comparten haciendo.

Haciendo colaborativamente al son del Me-We.

(Este artículo se publicó originalmente en Innovación Audiovisual).

«Pasar de la Seguridad Social a la Renta Básica Universal supondría pasar de la centralidad del trabajo a la centralidad del consumo. De la abundancia de un sistema donde todo el que aporte es bienvenido a la escasez de la lucha por una renta. De la autonomía de un sistema sostenido por todos los trabajadores, a la dependencia de una partida presupuestaria al albur de una decisión política. Del comunitarismo implícito en el tratamiento de la familia al individualismo de la relación uno a uno con el estado émula de la ética protestante.

España, la Europa mediterránea, no pueden pasar a ser una «república de consumidores» individualistas y rentistas que conocen la solidaridad solo desde el presupuesto y solo para connacionales. Esa sería una Europa patricia y nacionalista, atomizada y temerosa, desvinculada del pasado, inerme ante el futuro».

La historia sigue en este magnífico artículo de Natalia Fernández publicado en el blog de los indianos. De lo mejor que he leído en 2016.

Ha llegado el momento de tomar la iniciativa, de empezar a construir comunidades igualitarias y productivas no como experimentos ni como «islas» en un océano de grandes escalas. Al principio serán solo «ejemplos». Pero el ejemplo, acompañado de la idea de que la emulación es posible, es más poderoso que cualquier forma de propaganda.

La alternativa comunera no aporta la seguridad gregaria del hooligan político ni el orgullo vacío del racista. La pertenencia comunitaria es un reconocimiento en el trabajo y el aprendizaje, no es una «esencia» heredada de la cultura nacional o el nacimiento, ni el resultado de una adhesión insustancial o un carné. No es el producto de la imaginación permanente de un enfrentamiento con unos malvados universales. Es un construir constante con otros, un hacer en el que todos crecemos juntos, compartiendo cada vez más responsabilidad, dando y recibiendo confianza. Es lo opuesto al sentimiento de impunidad que «libera» al «seguidor» protegido por el líder, la bandera o la marca política en el ruido de las barricadas callejeras, los rifirrafes virtuales y los «zascas» mediáticos. Ser comunero es ganar autonomía y seguridad en la fraternidad del aprendizaje, redescubrirse valioso y valorado en el trabajo compartido. Ser comunero es poner en acción los valores en los que creemos, no competir por gritarlos más fuerte o enarbolarlos como un arma amenazante. Ser comunero no da la tranquilidad estática del yogui o el místico que busca el silencio de la soledad, sino la serenidad del que escucha y propone incluyendo al otro, sin escudarse en la indignación para no hacer nada ni ocultarse en el desdén de una pretendida superioridad. Ser comunero es un modo de vivir, aprender y construir compartiéndolo todo con los demás.

Necesitamos crecer con otros para poder reconquistar la vida de verdad. Toda «salida individual» no es más que una forma más del «sálvese quien pueda». Por supuesto que ante un entorno en descomposición se puede intentar acumular algo de dinero, encontrar una casa lejos de todo y vivir sin querer saber nada de nadie; o ganar un empleo estable aunque mal remunerado, interactuar lo menos posible en él y relegar la vida a lo que queda del día tras la jornada. Pero todas estas estrategias no son realmente satisfactorias sino distintas formas de hacer una retirada más o menos ordenada. A medio plazo son una autocondena a la melancolía. Aislarse, ponerse al margen, aun si llevara a vivir sin el apremio constante de la supervivencia monetaria, significaría renunciar a crecer, a desarrollarse, a realizar los ideales personales en la propia vida. Es otra forma de exilio.”

Fragmento de: “Manifiesto Comunero”, Las Indias, páginas 74-76.

Si sientes que este texto habla de ti, no esperes más lee el Manifiesto Comunero completo. Sentirás el deseo de compartirlo y de sumarte a multiplicar.

Mil gracias a los amigos de Las Indias por esta iniciativa, cuyo texto está abierto al enriquecimiento colaborativo de los lectores.

manifiesto-comunero

 

 

 

 

elecciones_2015

En las elecciones de diciembre de 2015 por primera vez no sabía a quién votar. No por escasez, por abundancia.

Hasta cinco partidos mostraron algo que me permitía conectar con ellos. Mi voto lo decidí a pie de urna mientras mi hija, de diecisiete años, me preguntaba sobre política y democracia.

Tuve que reducirme a una de las cinco opciones. Y sentí que mi voto no fue acorde a mi sentir.

Mi voto fue una elección forzada y, sobre todo, una elección incompleta.

He dado muchas vueltas a este tema. Quien me conoce de cerca sabe que llevo varios meses compartiendo una pregunta en todo tipo de foros y conversaciones. Esta:

¿Qué pasaría si en vez de un voto, tuviéramos diez votos? ¿Si cada votante pudiera repartir esos 10 votos entre los partidos políticos con los que conecta?

Desde mi mirada de ciudadano sólo le veo ventajas:

1) Si la persona es plural en sus opciones políticas podrá expresar esa pluralidad en origen, votando a varios partidos y dándoles a cada uno la cuota de preferencia deseada.

2) Si la persona sólo tiene un partido preferido puede dar los 10 votos al mismo partido, como hacemos ahora con nuestro único voto.

3) Si quiere decir que ninguno le interesa puede dar los 10 votos al blanco, como hacemos ahora con el voto en blanco.

4) Si quiere expresar que algunos partidos le llaman la atención pero no le convencen del todo, puede dedicar una parte de los 10 votos a los partidos que le interesan y dejar una parte para el voto blanco.

5) Creo que bajaría la abstención, pues las personas que no votan a ninguno, porque no se pueden decantar, dejarían de tener ese problema ya que este sistema no obliga a decantarse.

6) Pero claro, si alguien no quiere votar, pues no votará y contará como una abstención.

7) Desde el mismo momento del recuento cada partido tendrá una métrica precisa de la solidez de sus apoyos. Podrá clasificar a sus votantes en (a) los «plenos», que le han dado los 10 sufragios; (b) los «mayoritarios» que han dado de 6 a 9 votos de los 10 posibles; (c) los «mitá y mitá», que han aportado 5 votos de los 10 y (d) los «minoritarios» que han dado a ese partido entre 1 y 4 votos de los 10 posibles. El simple recuento de los votos ofrecerá una información que dará significado cualitativo a la cantidad de votos conseguidos.

8) Y, además, cada partido sabrá con qué otros partidos comparte votantes y en qué cuantía. Es decir, la labor de los pactos post-electorales entre partidos estaría ya bastante orientada y -MUY IMPORTANTE- sería todo más transparente, pues antes de sentarse a la mesa de negociación todos los participantes y la sociedad -al mismo tiempo- conocerán el «poder» real de negociación que la ciudadanía les ha otorgado. Acabaríamos con eso de que «los votantes del partido tal quieren que se pacte con el partido cual y no con el de acullá». No habrá que interpretar tanto, el recuento será por sí mismo clarificador.

Empezar con este sistema a nivel de todo el país es muy punky, vale. Pero …

¿Qué nos impide en las próximas elecciones locales elegir 20 municipios (al azar) donde experimentar este nuevo modo de escuchar las preferencias ciudadanas en las urnas, y comprobar qué efectos tiene sobre la gobernabilidad?

Ahí está la idea. ¿Debatimos?

Pebble_Time

Ya es historia. Pebble Time pone en el mapa del crowdfunding un nuevo hito, no sólo porque supera límites de cuantía financiada (20,3 millones de dólares) y de personas que contribuyen (78.500) sino, sobre todo, porque está indicando un nuevo camino a todas las empresas que se dirigen al ciudadano-consumidor con su propuesta de valor.

Ese nuevo camino comienza con una pregunta:

¿Su empresa es capaz de atraer la confianza de cientos o miles de personas hacia ideas que aún están sin materializar?

Y el camino se hace grande con otra:

¿Su empresa está preparada para generar productos y servicios en los que los clientes quieran formar parte y hacerlos crecer?

Desde esas dos preguntas el crowdfunding se revela como un nuevo modelo de generar nueva riqueza que se nutre del DESEO SOCIAL de crear una nueva economía donde nos sintamos bien con el destino que damos a nuestro dinero ya sea consumiendo, invirtiendo o donando.

Desde Two Much research studio llevamos a cabo en 2014 una investigación para Lánzanos escuchando a más de 3.400 mecenas durante casi 800 horas. Gracias a ello pudimos sintetizar los cuatro beneficios universales que hacen a los mecenas «sentirse bien» cuando financian proyectos vía crowdfunding. Estos son:

Motivaciones_mecenas_crowdfunding

 

“Contribuyo a crear lo que me gusta”: es el beneficio más destacado por los participantes en la investigación. Al hablar de “contribuir a crear” hablamos de co-gestación, donde el mecenas participa en la creación de las condiciones para que acontezca lo que decide apoyar. Este primer beneficio impregna todo lo demás.

 “Apoyo directamente a los creadores del proyecto. Sin intermediarios”: en el apoyo directo se manifiestan dos beneficios complementarios para el mecenas. De un lado la sensación de cercanía a los creadores, y de otro la eficiencia de optimizar los recursos, pues el apoyo económico llega a su destino prácticamente en su totalidad, sin dejar peajes en intermediarios que no aportan valor.

“Contribuyo a crear cosas innovadoras”: entendiendo por “innovador” un concepto próximo a “lo nuevo”, “lo original”. Los mecenas del crowdfunding nos están indicando que resulta gratificante sentirse como un canal por donde viene lo nuevo. Es el modo de formar parte de una renovación.

“Estoy apoyando al impulso emprendedor”: el apoyo a una fuerza empresarial protagonizada por empresas que generan riqueza económica desde modos empresariales en muchos casos distintos a los que han conducido hasta el actual colapso económico e institucional.

La investigación profundiza en otros aspectos: qué es lo que más atrae la atención de los mecenas en los proyectos y en las cualidades de los creadores, así como las áreas de sombra o duda que habitan en el crowdfunding. Aquí puedes acceder al informe de conclusiones (29 páginas).

 

El 4 de diciembre de 2014 tuve la ocasión de presentar los resultados de nuestra investigación sobre el crowdfunding visto desde el punto de vista de los mecenas. Fue en Factoría Cultural, el creative hub que tiene su sede en Matadero Madrid.

Os dejo con la grabación que se dio por streaming.

Así se llama el primer documental sobre consumo colaborativo que se realiza en España, que se estrenó el 4 de diciembre de 2014 en los cines Renoir de Madrid.

Impresionante trabajo de la productora Alfa Zulú que ha logrado hilvanar un relato donde había más de cuarenta aportaciones, cada una de su padre y de su madre.

Compartir Mola

https://www.tutellus.com/3469/compartir-mola–la-revolucion-colaborativa

La iniciativa partió de Miguel Caballero y Héctor Castillo, la pareja que está liderando el proyecto de Tutellus, la plataforma colaborativa donde aprender y enseñar entre pares.

Desde Two Much research studio hemos tenido el honor de participar en la cinta aportando nuestro punto de vista sobre este fenómeno social que va a contribuir a transformar nuestras vidas, y no sólo la económica.

Estamos cambiando hacia una nueva sociedad colaborativa donde un buen número de personas está poniendo su confianza en juego, desatando el poder que habita en una paradoja: al confiar en desconocidos descubro que, realmente, confío más en mi.

Esta es la fuerza del intercambio Peer to Peer.

El documental es de 35 minutos. Y, además, hay más de dos horas de material extra con testimonios interesantísimos de las empresas y profesionales que están protagonizando este cambio.

Si te interesa el consumo colaborativo aquí tienes (mucha) tela que cortar.

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Este gráfico nos indica la evolución de los últimos años de las búsquedas en Google del término «crowdfunding», para todo el mundo.

GoogleSearch_crowdfunding_Worldwide

En Kickstarter, la plataforma referente del crowdfunding, desde su fundación en abril de 2009 hasta el día de hoy …

  • Han sido financiados con éxito 62.000 proyectos (34 al día).
  • Más del 85% son iniciativas relacionadas con las industrias culturales (música, cine, videojuegos, comics, novelas, fotografía, teatro, danza, etc…)
  • Han participado como mecenas 6,2 millones de personas repartidas por todo el mundo.
  • Que, juntas, han hecho 15,2 millones de aportaciones económicas, siendo la media de 70 dólares.
  • Lo que resulta en una atracción de más de 1.100 millones de dólares (sí, has calculado bien: 600.000 dólares al día).

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