Valle de Lozoya. Madrid.

La foto corresponde a una vista del Valle de Lozoya, unos 70 km al norte de la ciudad de Madrid. Está tomada desde una curva de la carretera M-611 donde hace treinta años nuestra profesora de Fotointerpretación, Ana Sabaté, nos brindó una lección magistral sobre el terreno, de apenas 10 minutos.

A lo largo de mi vida he leído cientos de libros y artículos relacionados con la investigación social. De la inmensa mayoría de ellos no recuerdo nada, en cambio de lo aprendido ese día de la primavera de 1988, cuando Ana nos llevó a mirar desde esa curva, sí puedo identificar lo que aprendí: mirando al paisaje se ve el tipo de sociedad que lo produce.

Boooooom!!

Que en lo materializado (el paisaje, la consecuencia) se manifiesta lo sutil (la sociedad, la causa). Que en la manifestación de lo visible hay que aprender a leer lo invisible que lo rige.

El investigador en mi ensanchó su visión del mundo.

Ese día la maestra y los compañeros constituimos una comunidad educativa efímera, que duró en el tiempo cronológico apenas las ocho o nueve horas que nos tomó el trabajo de campo por el Valle de Lozoya, pero que mientras viva a través de mí, me acompaña, no ha terminado.

De hecho, paseando hoy por el lugar, la estampa de este invierno tardío me ha conectado directamente con Ana Sabaté, lo que es una prueba palpable de la huella indeleble que deja en uno la maestría del enseñante, gracias a que su enseñanza está viva, está siendo creada minuto a minuto en un acto pedagógico interminable. Y quien recibe la enseñanza toma esa sustancia viva y la in-corpora haciéndola suya, y ahí queda, impregnando su visión del mundo.

Ese encuentro de materias vivas es la belleza de la educación. Gracias Ana.

Qué inapropiado es nombrar  «carga docente» al tiempo en que profesores y alumnos aprenden juntos. ¿De veras es una carga? ¿para qué tipo de profesores?

 

Ana Sabaté Martínez, geógrafa.

Lo llaman tiempo real, pero se refieren a lo instantáneo. ¿Acaso no es «tiempo real» los 365 días que tarda la tierra en viajar alrededor del sol? ¿Y las dos horitas que esas lentejas se abrigan a fuego lento? ¿No es esto también tiempo real?

Si sólo lo instantáneo es tiempo real ¿todo lo demás es tiempo irreal? Ojo.

¿Ves de qué modo tan sutil nace un nueva realidad imaginaria que genera realidad real?: la realidad imaginaria es el hecho de anudar «tiempo real» con «lo instantáneo», lo que genera una realidad real: vivir nuestra vida cotidiana con la lengua fuera.

A menudo entendemos que la meta es el lugar de llegada, cuando en realidad es el lugar que ha de ser atravesado. La meta es la puerta de acceso a tu más allá, lo que te permite ensanchar tus límites.

Qué fácil resulta desviar el sentido de las cosas viviendo a lomos de lo instantáneo.

 

Estamos entrando en un año nuevo. Tantas cosas en las que pensar y sobre las que preguntarse, tantas apocalipsis, que si Trump, el Brexit, Le Pen … en fin entiendo a las personas que, como a mi, se les ha presentado en sueños Enrique Dans hablando de la importancia vital para mi vida de la conducción autónoma, y la renta básica universal, mientras Paco Asensi me susurra por lo bajini “venga, ese drone está muy bien por 300 pavos”. Así es que seré breve y telegráfico, los datos hablan mejor que yo.

1) Ya lo llaman “industria”. Se cuentan por cientos los festivales de música que se organizan todos los años en España.

2) De los 17,4 millones de internautas españoles de 16 a 54 años, ya hay 3,8 millones que han asistido a algún festival, y otros 6,4 millones aún no lo han hecho pero muestran ganas de hacerlo.

España. Enero 2016. Interés por los festivales.

3) Los españoles asistentes a festivales suman una cantidad similar a los aficionados a la Fórmula 1, superando a los aficionados al motociclismo.

España. Enero 2016. Asistentes a Festivales (1)

4) Si sumamos los asistentes a festivales y los que están interesados en asistir, el resultado (59%) se aproxima al de los aficionados al fútbol (64%). Sí, has leído bien: los aficionados a los festivales de música de 16 a 54 años suman una cuantía similar a los aficionados al fútbol de esas mismas edades.

España. Enero 2016. Festivales y Deporte (2).

¿Qué está pasando?

5) Hubo un entrenador del Madrid, Miljan Mijanic, que decía aquello de “fútbol es fútbol” cuando los periodistas le pedían explicaciones. Me tomo la licencia y en su recuerdo diré que “la música es la música”. Palabras mayores cuando hablamos de compañeros de vida, como se aprecia en estas cifras donde descubrimos (en rojo) que es realmente difícil encontrar a alguien que no sienta atracción por la música. El fútbol, en cambio, está muy lejos de ese logro (azul).

6) Los festivales de música interesan por igual a hombres y mujeres, mientras que el fútbol encuentra una gran fricción entre el público femenino.

España. Enero 2016. Relevancia social de Fútbol y Festivales.

7) Mientras que el fútbol pierde fuelle entre los más jóvenes, los festivales son un imán para los menores de 35 años, un punto de encuentro en el espacio-tiempo que va más allá de una experiencia musical. No se trata sólo de ver a las bandas favoritas, sino del encuentro con los amigos y con su generación. Un festival es mucho más que música en vivo, forma parte de los momentos más felices del año, por eso la gente en España viaja, hace cientos de kilómetros y pasa parte de sus vacaciones asistiendo a festivales. Y ya se están convirtiendo en un imán para cada vez más visitantes atraídos por la propuesta de conocer el país a través de sus festivales.

8) Pero ojo, observa lo relevante que son los festivales también entre los mayores de 35 años, incluso los que ya superan los 45 años y representan la primera generación de españoles que accedió masivamente a la música en libertad, allá por los años setenta-ochenta del siglo XX. Ahora, en su madurez, con más tiempo y mejor economía personal es un público abierto a retomar “las cuentas pendientes” que dejaron aparcadas un par de décadas atrás.

9) La española es una sociedad con latido festivalero que año tras año invoca a la música como protagonista y puebla el país de citas interesantes, donde hombres y mujeres –al igual- participan.

10) Son los festivales una actividad que presenta ya cifras de relevancia bien musculadas a pesar de no salir en los telediarios, ni contar con medios y programas reiteradamente especializados, como sí tiene el fútbol por ejemplo. Y esto tiene un gran significado: “si los festivales suenan, agua llevan”. Y además –añado- tienen una gran plasticidad narrativa para vivir historias y contarlas.

11) Sin duda es un territorio que veremos crecer, ya no en cantidad, sino en la necesaria construcción de su identidad como marcas que ofrecen experiencias únicas basadas en su personalidad. La “industria” de los festivales encara su siguiente salto cualitativo: pensar (y vivir) más allá del cartel.

Feliz año 2017!

(Este artículo se publicó originalmente en Innovación Audiovisual).

Los amigos de Empírica me hicieron el honor de incluirme entre los entrevistados del Pulsómetro, una serie de entrevistas con profesionales de la investigación de mercados en España y Latinoamérica. Este es el texto que se publicó el 27 de octubre de 2016.

Luis Miguel Barral, la víctima que hoy diseccionamos en el Pulsómetro, es un investigador-emprendedor que desde 1990 trabaja a pico y pala en la consultoría que él mismo fundó: Two Much Research Studio. Tomando el relieve en nuestro sillón a Víctor Gil, intentaremos conseguir lo mismo que Luismi persigue con sus encuestas: humanizarlas. Porque, en el fondo, los investigadores también somos humanos.

Luismi Barral tiene una amplia experiencia tanto en lo que refiere a proyectos cualitativos como a estudios cuantitavos. Un todoterreno: lo importante no es la herramienta, sino los insights que puedas sacar de ella. Pero su área de interés va mucho más allá de la investigación… ha hecho del crowdfunding y de la inteligencia ética todo un modus vivendi… a ver qué nos cuenta 🙂

Si tuvieras que describir a los profesionales que se dedican a la investigación de mercados en España con una sola frase…

Compañeros con quien comparto la pasión de escuchar metódicamente y extraer valor de esa cosecha con el fin de inspirar decisiones.

Solidez, fiabilidad, rigor científico… con estas palabras, cualquiera diría que los investigadores somos infalibles. ¿Recuerdas con especial “cariño” alguna de estas situaciones en las que los investigadores fallamos y nos convertimos en humanos?

Fallo cada vez que un participante en una encuesta se aburre. También cuando un cliente no encuentra aplicación en lo que le presento.

Cuando escuchas “investigación de mercados” y “crowdfunding”… ¿te viene a la cabeza alguna historia de amor?

Sí, esa historia se llama El Cosmonauta, el proyecto liderado por tres jóvenes titanes como son Carola Rodríguez, Bruno Teixidor y Nicolás Alcalá. Un auténtico “Romance de Valentía”, por decirlo a lo Concha Piquer.

¿Cuál crees que debe ser el papel de las asociaciones del sector (AEDEMO, ESOMAR, ANEIMO…)?

Conectarnos (mucha mucha conexión) y poner en juego el lado sexy de nuestro oficio.

¿Cuál es el mejor consejo que te han dado nunca?

Un profesor me pilló copiando en un examen, me sacó del aula y en privado me dijo: “ve a encontrar la confianza donde la dejaste olvidada”.

¿Qué le recomendarías a alguien que está empezando en la investigación de mercados y quiere crecer profesionalmente?

Que siga creciendo si este oficio le apasiona. Si tan sólo le parece un modo eficiente de ganarse las lentejas le recomendaría que siga explorando. Sin pasión por el oficio puede que sus responsabilidades y cargos aumenten, que el título de su tarjeta de visita sea un orgullo para sus padres, incluso que gane bastante dinero y el reconocimiento de sus colegas, pero la persona no ganará.

¿Qué es lo que más echas de menos de tus inicios profesionales?

El “tempo” inicial de reflexión nos permitía ir muy rápidos en la formulación de hipótesis y el consiguiente (buen) diseño de las investigaciones.

Se dice que una profesión no existe como tal si no hay chistes que hablen de ella… ¿Conoces alguno?

No es un chiste. Es una anécdota de la vida real que le escuché a Tato Valcárcel, jefe de campo en Random. Un saludo Tato si estás leyendo, va por ti.

Escuche a Tato contar una historia situada en los primeros ochenta, sobre un estudio que estaba conduciendo en Galicia. Convocó al equipo de encuestadores, les dio el briefing, les contó las condiciones de trabajo -“la encuesta se paga a 500 pesetas”-, y les indicó que todas las tardes al finalizar la jornada tenían que traer los cuestionarios a la oficina.

Empezó el trabajo de campo, todo normal. Al acabar el primer día los integrantes del equipo entregaron sus cuestionarios en la oficina, menos uno de los encustadores. El segundo día pasó lo mismo. El tercer día siguió sin dar señales de vida.

Ya se temía lo peor, “otro que abandona sin avisar”. Intentó contactar con él pero nadie descolgaba el teléfono en su casa. Y así pasaron cinco días. Al sexto día, de mañana, se presenta el encuestador “fantasma” en la oficina. Estaba abatido, desanimado, agotado: “lo dejo. Yo no valgo para esto. Trabajo todo el día y sólo he vendido 10”. ¿Cómo? ¿Qué has vendido?, le pregunta Tato. “Pues qué va a ser ¡las encuestas!. La gente me contesta pero luego no me quieren pagar. Aquí tienes las 5.000 pesetas, pero yo lo dejo”.

¿Un grupo de música?

Deep Purple en Made in Japan.

¿El proyecto de crowdfunding más curioso que has visto nunca?

Los habitantes de un pueblo holandés invirtieron en un molino eólico para generar una parte importante de su consumo de electricidad. Los vecinos son ahora co-propietarios de su compañía eléctrica. Esto me hace pensar sobre ese mantra moderno tan extendido “la gente quiere el acceso, no la propiedad”. En fin, la vida es más compleja de lo que parece.

Sabemos que eres un fiel seguidor del Atleti… a ver si te mojas con esta pregunta 😉 ¿Sergio Ramos o Cristiano Ronaldo?

Zidane 🙂

Somos seres sociales, como muchos bichos. Vivimos en sociedad, como muchos bichos. Y las historias nos dan forma, en esto ya no hay bichos como nosotros.

Como dice y razona Yuval Noah Harari el Homo Sapiens es la especie que ha llegado a gobernar este planeta gracias a que es capaz de construir mecanismos de cooperación masiva entre extraños, tales como naciones, iglesias, empresas, cooperativas, ong’s, clubes de fútbol …

En este enlace tienen una TED Talk en inglés con subtítulos en español.

Siguiendo con la tesis que este autor desarrolla en “Sapiens. De animales a dioses”, estos mecanismos de cooperación masiva se hacen posibles cuando se orquestan con historias –él dirá mitos- que los legitiman y orientan su acción. Así, las naciones crean sus mitos que legitiman a gobernantes y ciudadanos; las iglesias crean los de la santidad y los feligreses; las empresas el mito del emprendimiento y el empleado; las cooperativas enfocan los suyos desde el igualitarismo y lo colectivo; las ong’s desde la causa noble y el voluntario; el club de fútbol declina el mito de la rivalidad y la adhesión a los colores, etc…

El mito es lo que aporta familiaridad, lubricando de ese modo la cooperación entre extraños. Por ejemplo el mito del Estado del Bienestar en España me conduce a pagar impuestos a favor de la cooperación entre ciudadanos españoles, de los cuales a lo sumo conozco directamente a 200. O sea, de los 45 millones de españoles hay 44.999.800 que son, en sentido estricto, extraños para mi. Sin embargo son españoles, como yo. Compartimos mito y esto nos permite cooperar con eficacia.

Escribe Harari en un pasaje de su libro que “contar relatos efectivos no es fácil. La dificultad no estriba en contarlos, sino en convencer a todos y cada uno para que se los crean”. Por esta razón todos los mecanismos de cooperación masiva entre extraños necesitan mitos seductores y medios a través de los que circular.

Hoy somos muchos medios de comunicación.

Desde que vivimos en plataformas de conectividad y vamos con ellas a todas partes, hemos añadido el rol de productor de contenido al que ya teníamos tradicionalmente de receptor paciente del que otros producían en nuestro nombre. Ahora se nos ha facilitado ser nodos. Emitimos y recibimos contenido desde y hacia nuestras áreas de influencia. Así vamos constituyendo ese relato que llamamos actualidad.

Hace tan sólo diez años esto no era así. Los medios de comunicación “de masas” eran pocos y el rol dominante en la humanidad era el de receptores del relato que estos medios hilvanaban de noticia en noticia, de reportaje en reportaje. Titular a titular, portada a portada, entrevista a entrevista ese alimento social llamado actualidad se cocinaba en los fogones del poder.

¿En qué momento estamos hoy?

¿Todos los medios contribuyen a conformar este relato que llamamos actualidad? Mira este gráfico por favor. Recoge lo que 6.300 personas de 16 a 65 años, compradores habituales de tickets online, contestaron en julio de 2015 a la pregunta “para informarte sobre la actualidad ¿cuál es el medio o los medios que usas más habitualmente?»

La foto resultante nos habla de una transición en lo que respecta a los medios elegidos para estar al día de lo que se cuece en los tiempos que vivimos. Comenzaré por la parte derecha del gráfico, donde aparecen los datos de las generaciones más talluditas, los mayores de 50 años.

Llama la atención lo variado del menú. Los seis medios dibujan un escenario con poca distancia entre los extremos. Entre el medio favorito (la prensa digital) y el menos frecuente (blogs y sites) hay 25 puntos de diferencia.

Asimismo los medios clásicos de televisión, radio y prensa en papel siguen teniendo una presencia muy destacada en el seguimiento de la actualidad. El tamaño que tienen radio y prensa en papel entre los mayores de cincuenta nos habla de que son singularidades propias de esa generación. Ya no se aprecian con vigor en los otros grupos de edad, especialmente por debajo de los 40 años.

La generación intermedia de 40 a 49 años -nacidos entre 1966 y 1975- deja ver su papel de generación bisagra. Por un lado refleja la pujanza de los medios de natividad digital y, por otro, la inercia de los medios crecidos al amor de la lumbre analógica.

Los medios y los menores de 30 años.

Vayamos ahora a la zona de la izquierda del gráfico, donde se ubican las preferencias de los españoles más jóvenes. De entrada apreciamos la polarización. Más de 60 puntos separan al medio más frecuente del menos frecuente. El menú es menos variado y sin duda son las redes sociales el medio más importante para seguir la actualidad, sobre lo que luego incidiré.

Pero ahora quiero llevar tu atención a que la televisión sigue siendo habitual para el 44% de estos jóvenes, tan sólo 13 puntos por debajo de lo que es para los mayores de 50 años, y muy parecido a lo que supone para las dos generaciones de españoles que caben entre 30 y 50 años. Cuando se dice que “los jóvenes ya no ven la televisión” se está haciendo una simplificación que impide ver un fenómeno completamente normal, como es que la televisión sigue siendo para los jóvenes un medio importante para seguir la actualidad, en la misma medida que para quienes ya no son tan jóvenes. Otra cosa es que no quieran “televisión de entretenimiento a la parrilla”, eso es así, pero esto no lleva aparejado que le den la espalda como contacto con la actualidad del tiempo que vivimos.

Como vemos son las redes sociales (línea amarilla) el medio favorito para la generación más joven, y lo es de modo contundente y singular con respecto a los otras generaciones. Este hecho nos indica que son los “amigos” que se eligen seguir en las redes (ya sean personas o medios) quienes están sirviendo la dieta que nutre su visión de la actualidad. Son las noticias que provienen de esos círculos de confianza las que entran a la ración diaria, siendo así que lo que llega a través de estos círculos está inscribiendo en los más jóvenes el mito que llamamos actualidad.

Sabemos que una gran parte de ese contenido es en realidad el re-envío de contenidos creados en las redacciones de los medios de comunicación de siempre. Sí, pero Juan abre ese link porque se lo envía Noelia. Su confianza primaria está depositada en Noelia, no en el medio que ha publicado el contenido o en la persona que lo ha redactado. Así desembocamos en una nueva fuerza constituyente que es especialmente visible en los más jóvenes: los círculos de confianza de “amigos” actuando como curadores espontáneos de lo noticiable, no porque creen el contenido sino porque se creen entre ellos.

El fenómeno Me-We.

Llevamos un tiempo apreciando en diferentes investigaciones el afloramiento de un fenómeno muy notable entre los jóvenes, aunque no es exclusivo de ellos. Consiste en dinámicas de creación colaborativa donde sólo hay beneficio individual si también lo hay colectivo. Y sólo se alcanza la meta colectiva si el individuo obtiene su retorno, a su escala.

Es una danza simultánea entre el Yo y el Nosotros, a pequeña escala, en círculos de confianza relativamente pequeños y manejables. Este fenómeno está ubicando los círculos de confianza entre amigos en el epicentro de nuevas formas de crear vida social y soluciones a necesidades-deseos que van desde la vivienda, la movilidad, el aprendizaje o la fabricación.

Los círculos de amigos danzando al son del Me-We como mito constituyente de nuevas realidades.

Este fenómeno es una extensión muy natural para una generación acostumbrada a conformar su visión del mundo desde los contenidos que llegan a su vida a través de los círculos de confianza. Tras una década de conversaciones en el «Social Media» está brotando y creciendo una mutación que me gusta llamar «Crowd Media», y que defino como ese nuevo marco donde los círculos de confianza ya no sólo comparten conversando, sino que también comparten haciendo.

Haciendo colaborativamente al son del Me-We.

(Este artículo se publicó originalmente en Innovación Audiovisual).

Seguramente no nos costaría mucho acordar que el ocio es ese espacio-tiempo que nos invita a hacer lo que queremos, eso sí, como podemos. Y tampoco que los amigos son esos compañeros de viaje que no vienen de serie ni te tocan en una tómbola, sino que forman una sustancia afectiva que vamos labrando y disfrutando a lo largo de la vida. Ambos, ocio y amistad, comparten la naturaleza de ser espacios de elección donde ponemos en juego nuestra soberanía.

Gracias al patrocinio de Coca Cola Iberia y al trabajo conjunto de Best Relations (comunicación), Symbiosi (inteligencia colaborativa) y Two Much (investigación social) hemos podido «meter en el puchero» Amistad y Ocio, y mirar qué vive ahí. Esta investigación forma parte del proyecto bautizado como #UnpluggedMoments por el periodista Jesús Terrés. Aquí tenéis más detalles de la misma.

Quiero compartir en este foro algunas observaciones que hemos registrado en este experimento.

Actividades de ocio favoritas-favoritas.
Esta primera parte del experimento consiste en mostrar una lista variada de 17 actividades de ocio a una muestra aleatoria de 800 personas, representativa de los 12 millones de internautas españoles entre 25 y 45 años (fuente INE, ONTSI, enero 2016). Ante esa lista la pregunta fue ¿Cuáles de estas actividades consideras favoritas-favoritas en tu tiempo de ocio, ya sea solo/a o acompañado/a?

(Nota que no es a pie de página: la pregunta es por lo que consideras favorito, no por lo que haces habitualmente).

Ahí en el gráfico tenéis los datos. Estas son algunas lecturas que me llaman la atención.

a) Llama la atención la importancia destacada que tienen en nuestra vida las historias en formato audiovisual. El cine/las series lideran este ranking de actividades favoritas en el ocio, mostrándonos a las claras y a las bravas su protagonismo. El 71% de los 12 millones de españoles entre 25 y 45 años así lo identifican.

b) La lectura (44%) está a un nivel de atractivo similar al de hacer deporte (49%). Lidia Mosquera nos habla en un reciente post de Convénzeme, el proyecto de programa literario que Mediaset y Mercedes Milá planean para el otoño de 2016. Parece que la gente de Mediaset ha orientado su proa hacia un yacimiento de gran calado que vive latente en la sociedad española, especialmente entre las mujeres. Por lo que he leído el programa dará bastante protagonismo a los lectores. Aguardo con interés su llegada.

c) La (gran) presencia en el ocio del comer y el beber. Al mismo nivel que la lectura aparece la gastronomía «de mesa y mantel» (40%), pero siendo importante este formato de ocio queda bastante lejos de la afición por el tapeo, que alcanza al 58% del público investigado. Se entiende que el ir de tapas, con su posibilidad de itinerar de bar en bar, sea un rito que podemos apreciar a diario en cada pueblo y en cada barrio del país.

d) También llama la atención la formación/el aprendizaje como actividad favorita del tiempo de ocio para el 26% de los 12 millones de españoles entre 25 y 45 años. El ocio, entendido como ese espacio-tiempo que nos invita a poner en juego nuestra soberanía, se extiende también hacia aquello que queremos aprender por deseo, no por necesidad. No me extraña que Beyonce esté creando su entrada en el mundo educativo como advierte nuestra compañera Lidia Mosquera en el mismo post que citaba antes.

e) Ver deporte en TV se queda en el 21% como actividad favorita-favorita en el tiempo de ocio. Compárese con cualquiera de las cifras anteriores.

Actividades de ocio con amigos.
La segunda parte del experimento consiste en preguntar qué actividades favoritas para ti son las que compartes habitualmente con tus amigos. Para facilitar la comprensión ubicamos los datos en dos ejes, el grado de atractivo (vertical) y el compartir habitualmente (horizontal). Este es el resultado:

Los resultados nos indican que las actividades favoritas de ocio que más comparten con sus amigos los españoles de 25 a 45 años son netamente orgánicas, muy poco digitales: tapear, fiestas en casa, restaurantes y salir de copas. El ocio con los amigos se ubica claramente extramuros de la aldea digital.

¿Por qué es tan importante el ocio con amigos?

Observa el gráfico siguiente, donde se aprecia que el 54% de los españoles de 25 a 45 años considera que tener buenos amigos es imprescindible para una vida feliz. Sólo el 15% piensa lo mismo de vivir una relación de pareja y el 13% de tener hijos.

 

Los amigos son la comunidad elegida. El caldo de cultivo, el verdadero capital social. Si eres una marca no intentes ir de amigo/a. No puedes. Los AMIGOS son palabras mayores para la gente. Tener buenos amigos se considera más importante para vivir una vida feliz que tener pareja o tener hijos.

Estamos viviendo en tiempos complejos, de una cotidianidad dura y áspera. Los momentos de ocio con amigos son un bálsamo que aplicar sobre esos tejidos irritados por el día a día. Son de gran relevancia para la gente. Son momentos empapados de lo auténtico, portadores de sensaciones muy nutrientes, como estas:

  • Donde/Cuando puedo ser yo mismo/a.
  • Donde/Cuando no cabe el postureo.
  • Donde/Cuando se entiende que no se necesitan grandes cosas para disfrutar de la vida.
  • Donde/Cuando importa más con quién estás y no tanto qué estás haciendo (ojo, la compañía como contenido).
  • Donde/Cuando no te cansas nunca de vivir en esos momentos.
  • Donde/Cuando se produce una desconexión compartida.

 

 

Estos datos nos indican que la vida orgánica con amigos es la leche. Que hay vida -¡y qué vida!- más allá de los cerosyunos.

Cuando reces a San Algoritmo, recuerda esto que habita below the radar. Tendrás que buscarte otro santo si quieres entender y conectar con esa otra forma de vida.

(este artículo se publicó originalmente en Innovación Audiovisual).

De la serie «el cazador del silencio» por Rubén Morales. www.rubenmorales.es

Detente un momento. Te pido que, por favor, pienses a quién le dedicas diez minutos de tu vida sin ser alguien de tu familia, o amigos, o tu serie favorita, o uno de tus artistas preferidos.

No son muchos ¿cierto?

Pues bien, todos los días millones de personas participan en investigaciones sociales y de mercado dándonos acceso a unos minutos de su vida. Aquí residen la grandeza y la responsabilidad de nuestro oficio de investigadores.

¿Alguna vez te paraste a pensar en la importancia y el valor que tienen diez minutos de la vida de una persona hablando sobre sobre algo que le parece relevante en ese momento?

¿Eres consciente de que en la encuesta que hiciste recién has accedido a diez mil minutos de vida inteligente en fragmentos de diez en diez minutos porque hubo mil personas que te dieron acceso a su vida?

Ese es el tesoro que tenemos entre manos.

Es tal el valor de donde accedemos que, en correspondencia, es justo e inteligente que diseñemos experiencias de usuario donde nosotros también pongamos, como investigadores, nuestra mejor versión. Y en el diseño de esa experiencia ocupa un lugar central la empatía digital.

¿Qué es la empatía digital aplicada a las encuestas?
Es a la vez un enfoque y la aplicación del mismo.

El enfoque consiste en diseñar tu cuestionario integrando en tu mirada el punto de vista de quien responde. Así, puede decirse que desde la empatía digital se diseñan “respondarios”.

Esta mirada te permite obtener el máximo rendimiento de una fuerza sutil que reside en todas las personas: el deseo de ser escuchadas. Esta es la razón fundamental por la que nuestro oficio existe, porque la gente quiere ser escuchada. Lo que hace el investigador es acompañar con sus preguntas ese impulso a responder.

Sabemos que hay un viento favorable que sopla de continuo, sólo hemos de desplegar la vela y orientarla para ser conducidos hasta dónde queremos llegar. Y esta es la segunda naturaleza de la empatía digital, su aplicación. He aquí unos principios que siempre tomo en cuenta al diseñar “respondarios”:

1) Se asemeja más a un diálogo que a un formulario.
2) Es un viaje, desde que se inicia hasta que se termina y la persona te tiene que acompañar durante todo el camino queriendo responder. Más que una secuencia de preguntas es un sistema donde lo precedente modifica lo sucesivo.
3) Radicalmente lean design: ni una pregunta de más.
4) Preguntas fáciles de entender y fáciles de responder, las dos cosas. De nada sirve una cosa sin la otra. Por ejemplo: ¿aproximadamente cuántos litros de cerveza toma usted al mes? Fácil de entender, difícil de responder.
5) Evitar la monotonía. Las respuestas repetitivas (típico de las matrices) son tremendas para el participante. Aburren y -normalmente también- cansan.
6) Diseño gráfico elegante y limpio. Sin sofisticar. La creatividad gráfica no debe distraer la atención del participante.
7) Diseño de interacción: responsive (multipantalla).

Considerando estos principios de empatía digital lograremos diseñar un “respondario” que cumpla la función de ser ese facilitador invisible: favorece que los participantes nos den acceso a su vida, sin esfuerzo. Veremos estirarse el tiempo cronológico porque quince minutos de reloj parecerán como diez.

¿Qué beneficio obtenemos como investigadores?
El principal es acceder a la franqueza de quien responde. La franqueza de la gente es la llave que nos abre a la diversidad, a la pluralidad de puntos de vista y sólo aflora cuando es el sujeto quien responde, no su dedo mientras el participante está en modo “piloto automático”.

Asimismo desde la responsabilidad con el oficio diseñar “respondarios” es sumamente importante en las muestras que tomamos de paneles y comunidades online, pues no contaminamos el universo al que, detrás de ti, vendrá otro compañero a preguntar a esas mismas personas. Este es un gran reto en la gestión de los paneles de internautas y un muy buen motivo adicional para poner en juego la empatía digital.

Si deseas profundizar aquí tienes el webinar que impartí junto con Pablo Sánchez Kohn en julio de 2016, donde verás aplicaciones de la empatía digital en casos reales de mi vida profesional.

(Este artículo fue publicado originalmente en el blog de Question Pro).

Eratostenes_CarlSagan

Eratóstenes dedujo la longitud del perímetro de la Tierra hace 2.200 años sin tener la posibilidad de circundarlo. Lo hizo gracias a un espíritu libre de prejuicios que le permitió interrogarse sobre lo que observaba con la suficiente limpieza en la mirada, como para no dejarla empañar por las ideas establecidas en su época.

Y lo hizo empleando unas sencillas herramientas llamadas rayos de sol, varas, cuerdas, sombras, ángulos y pasos. Herramientas puestas al servicio de ese espíritu libre que busca la verdad en lo que observa, y no sólo constatar lo que le cuentan.

El proyecto #WHYDEMOCRACY es el resultado de una indagación similar a la de Eratóstenes. Brota del genio creativo convergente en Sergio de Pazos (@sdepazos) y Bruno Teixidor (@bruteix). El objeto de la pregunta es ¿Qué es -realmente- la democracia?

Usando herramientas elementales (papel, rotuladores, mapas, libros, textos, música, un narrador …) penetran en esa ficción cómoda que llamamos democracia. El relato se infiltra dulcemente por nuestras ideas ya asentadas, empapa con respeto toda nuestra zona de confort y finaliza con … (bueno, eso mejor te lo dejo a ti).

A mi me corresponde decirte con franqueza que #WHYDEMOCRACY me resulta brillante. Un modo seductor de desnudar con «cuatro trapos» una historia compleja, de un modo elegante e incisivo. Y funciona. Ya se cuentan por cientos de miles las veces que esta historia ha sido compartida. En su anterior proyecto #WHYSYRIA fueron varios millones en todo el mundo. Sin hormonas.

Sergio y Bruno nos regalarán en los próximos días una nueva historia: #WHYELECTIONS.

El hallazgo de Eratóstenes animó a muchos navegantes a aventurarse en la exploración del planeta pues, a partir de ese momento, su dimensión ya era conocida y, por tanto, manejable. Su cálculo redujo considerablemente la incertidumbre facilitando el tránsito desde el conocimiento a la acción. #WHYDEMOCRACY también, porque te ayuda a comprender cómo te relacionas con las ideas intocables. Te ayuda a aprender de ti, y esta es una gran noticia para el mejor navegante de tu propia vida. Que lo disfrutes.

(este artículo fue publicado originalmente en Innovación Audiovisual)

elecciones_2015

En las elecciones de diciembre de 2015 por primera vez no sabía a quién votar. No por escasez, por abundancia.

Hasta cinco partidos mostraron algo que me permitía conectar con ellos. Mi voto lo decidí a pie de urna mientras mi hija, de diecisiete años, me preguntaba sobre política y democracia.

Tuve que reducirme a una de las cinco opciones. Y sentí que mi voto no fue acorde a mi sentir.

Mi voto fue una elección forzada y, sobre todo, una elección incompleta.

He dado muchas vueltas a este tema. Quien me conoce de cerca sabe que llevo varios meses compartiendo una pregunta en todo tipo de foros y conversaciones. Esta:

¿Qué pasaría si en vez de un voto, tuviéramos diez votos? ¿Si cada votante pudiera repartir esos 10 votos entre los partidos políticos con los que conecta?

Desde mi mirada de ciudadano sólo le veo ventajas:

1) Si la persona es plural en sus opciones políticas podrá expresar esa pluralidad en origen, votando a varios partidos y dándoles a cada uno la cuota de preferencia deseada.

2) Si la persona sólo tiene un partido preferido puede dar los 10 votos al mismo partido, como hacemos ahora con nuestro único voto.

3) Si quiere decir que ninguno le interesa puede dar los 10 votos al blanco, como hacemos ahora con el voto en blanco.

4) Si quiere expresar que algunos partidos le llaman la atención pero no le convencen del todo, puede dedicar una parte de los 10 votos a los partidos que le interesan y dejar una parte para el voto blanco.

5) Creo que bajaría la abstención, pues las personas que no votan a ninguno, porque no se pueden decantar, dejarían de tener ese problema ya que este sistema no obliga a decantarse.

6) Pero claro, si alguien no quiere votar, pues no votará y contará como una abstención.

7) Desde el mismo momento del recuento cada partido tendrá una métrica precisa de la solidez de sus apoyos. Podrá clasificar a sus votantes en (a) los «plenos», que le han dado los 10 sufragios; (b) los «mayoritarios» que han dado de 6 a 9 votos de los 10 posibles; (c) los «mitá y mitá», que han aportado 5 votos de los 10 y (d) los «minoritarios» que han dado a ese partido entre 1 y 4 votos de los 10 posibles. El simple recuento de los votos ofrecerá una información que dará significado cualitativo a la cantidad de votos conseguidos.

8) Y, además, cada partido sabrá con qué otros partidos comparte votantes y en qué cuantía. Es decir, la labor de los pactos post-electorales entre partidos estaría ya bastante orientada y -MUY IMPORTANTE- sería todo más transparente, pues antes de sentarse a la mesa de negociación todos los participantes y la sociedad -al mismo tiempo- conocerán el «poder» real de negociación que la ciudadanía les ha otorgado. Acabaríamos con eso de que «los votantes del partido tal quieren que se pacte con el partido cual y no con el de acullá». No habrá que interpretar tanto, el recuento será por sí mismo clarificador.

Empezar con este sistema a nivel de todo el país es muy punky, vale. Pero …

¿Qué nos impide en las próximas elecciones locales elegir 20 municipios (al azar) donde experimentar este nuevo modo de escuchar las preferencias ciudadanas en las urnas, y comprobar qué efectos tiene sobre la gobernabilidad?

Ahí está la idea. ¿Debatimos?